Ibiza volverá a ser, por segundo año consecutivo, el epicentro del arte gracias a la segunda edición de Contemporary Art Now (CAN). En esta ocasión, serán tres las exposiciones repartidas entre Sant Antoni y otra en Formentera las que se convertirán en el espacio de muestra de varios artistas locales para seguir «fortaleciendo y dar visibilidad a estos sectores creativos y artísticos que conviven en las islas».
Históricamente, la isla blanca siempre ha estado muy ligada al mundo del arte y prueba de ello es su espíritu bohemio o las decenas de mercados artesanales. Por este motivo, Sergio Sancho, fundador y director de CAN Art Fair, escogió Ibiza para acoger esta feria artística el año pasado y aseguró que es un buen escenario para «trabajar y dar visibilidad a la obra de artistas de las islas». En esta ocasión, las exposiciones se desarrollarán principalmente en el municipio de Sant Antoni, concretamente en el Faro de ses Coves Blanques y en el Espacio Cultural Sa Punta des Molí.
En este sentido, Eva María Prats, concejala delegada de Urbanismo y Actividades, Educación, Cultura y Patrimonio del municipio ha asegurado que «Sant Antoni tiene una tradición artística histórica y queremos que el arte sea uno de los pilares para nuestro desarrollo en el futuro».
Los artistas mallorquines Julià Panadès y Bel Fullana contarán con una muestra conjunta en el Faro de ses Coves Blanques, Mediterranean Heat, aunque sus obras sean distintas. Por un lado, el arte de Panadès está creado a partir de plásticos y otros restos que fue encontrando por las playas de Mallorca. Un proyecto que empezó en 2014 y que busca, en cierto modo, reivindicar esta problemática. «Empecé haciendo una especie de altares. Los fotografiaba, los geolocalizaba y los subía a redes sociales, de manera que cuando alguien buscaba esa playa, la foto que encontraban era la de esas instalaciones. Era una manera de visibilizar el problema de la contaminación»», ha explicado el artista mallorquín.
Por otro lado, Bel Fullana intenta crear una obra «naïf», donde principalmente busca la estética, y «no busca ningún discurso». Una estética inspirada en los 2000 y en las nuevas corrientes urbanas de las redes sociales. «Trabajo con óleo y mezclando diferentes técnicas. A veces me gusta que tenga una apariencia digital», ha señalado Fullana.
En el otro extremo de la bahía, el Espacio Cultural Sa Punta des Molí, el artista Jesús de Miguel expone su obra Transmisión, que combina pintura y escultura, donde hace referencia a la mística, el pensamiento o el hedonismo. «Reutilizo boyas de las redes de pesca que se han abandonado en el campo y las intervengo con colores. Me recuerdan a ánforas del comercio fenicio, pero también a huevos de especies extraterrestres», ha expresado el artista respecto a su obra.