Ginevra Ramos es una artista ibicenca que no llega a los 18 años de edad, pero que acaba de sacar su primer single llamado Kiss. Su amor por la música la llevó a formarse en canto, baile y DJ desde muy temprana edad. Actualmente se encuentra en Italia, tierra natal de su madre, donde está componiendo junto al DJ y productor Mazay, quien trabajó con el grupo Pink is Punk. Ginevra fue la artista principal en un pre show de The Weekend, estuvo de gira como DJ del cantante italiano Astol y figuró en un videoclip de la cantante Nashati, entre otros logros.
A pesar de su corta edad, sus sueños son grandes y los tiene muy claros: pinchar en Tomorrowland, en Coachella y, sobre todo, llegar a tener una colaboración con David Guetta. Al prepararse en disciplinas tan dispares pero unidas por la música ella decidió unir dos modalidades: «Yo canto desde pequeña y ahora sé pinchar, ¿por qué no voy a unir las dos cosas? Pero eso aún está en proceso porque es algo muy difícil de hacer y cada vez voy aprendiendo más».
Muchas de sus inspiraciones son Helen Fischer, David Guetta o Meduza y Ginevra destaca que un artista entero no solo canta bien, algo que ella dice que le ha costado entender, pero ahora tiene claro que un artista tiene que serlo por completo: «No un cantante tiene que serlo solo porque canta bien, sino también por su escritura o su manera de expresarlo con a música; hay muchos factores. Cada vez que ves artistas nuevos, aunque no estés a su altura, siempre te pones en juego con ellos para ver qué puedes hacer diferente para el panorama de la música y cada vez que surge una oportunidad contactan con ella».
En Italia trabajó con la influencer y cantante Julia Salemi, a quien conoció casualmente y forjó una relación de amistad, pues la considera un pilar fundamental en su proceso de formación actual. Además, destaca que los agentes con los que ha trabajado se han fijado y confiado en ella, apareciendo en el momento justo.
Constancia y sacrificio
A los ocho años, Ginevra comenzó a estudiar canto lírico, lo que asegura que le dio una incondicional base para desarrollarse, pero un año después, inspirada por Madonna o Laura Pausini opta por la música pop. «Yo soy una persona que cuando me gusta algo, sigo hasta que lo consigue», asegura la joven. Y con esa mentalidad marcada por la constancia, a los 12 años llegó hasta las audiciones a ciegas de La Voz Kids, lo que para ella supuso «una experiencia muy guay» y todo un logro al superar tres cástings en los que solo 160 de 5.000 candidatos pasaban a esta fase.
Disney la llevó a «enamorarse» de los musicales y también condujo su formación hacia el baile. En ese momento, empezó a dar clases de baile grupal con una exigencia de 30 horas de ensayo semanal, una formación que le brindó la oportunidad de fusionarlo con el canto y con su elenco, lo que la llevó a acumular experiencias en el escenario y una medalla de oro en Portugal y de bronce en Orlando. «Fue todo un mundo totalmente diferente porque yo bailaba pero no era lo que más me ilusionaba, pero cuando entré ahí e hice un trabajo tan duro, descubrí un mundo nuevo que también me encantaba pero tenía que ponerle mucho sacrificio». También hizo parte de su Secundaria en la ESAEM, la malagueña escuela de arte de Antonio Banderas.
Paralelamente, aproximadamente a los 10 años, inspirada por el ambiente ibicenco, comienza a interesarse por la música electrónica, y pide por navidades una mini mesa de mezclas: «Pero en ese momento no sabía cómo aprender porque nadie con 10 años me iba a enseñar a pinchar». Es a los 14 años cuando se embarca en el primer curso gracias al que sale al exterior y se fija en ella un productor con el que termina cantando en Destino Pachá. A partir de este momento fusiona sus dos pasiones más grandes: el canto y la electrónica.
Su recorrido ha sido extenso pese a su corta edad y tiene muy claro que lo que siempre la acompañará en su trayecto y en sus éxitos es la disciplina: «Actualmente sigo estudiando sobre el mundo de la electrónica y el canto, porque una cantante y una DJ nunca puede parar de aprender, porque si paras de tomar clases de canto la voz no será la misma, aunque pares un mes, si paras nunca vas a tener la misma voz ni vas a llegar a las mismas notas. «Ahora me estoy formando más porque quiero estar preparada cantando y pinchando para hacer algo nuevo que muy poca gente pueda hacer, para distinguirme».