El CEIP Cervantes de Sant Antoni acogió durante la jornada de ayer un taller de coeducación de Prevención en violencia machista y educación en igualdad, impartido por la coeducadora Ana Magallanes. Consistió principalmente en crearles perspectiva crítica en la que Magallanes utiliza los cuentos tradicionales para que vayan teniendo conciencia de género y mediante juegos de detectives van trabajando las competencias para amar en buen trato.
En este sentido, aseguró que a estas edades la forma de llegar a los niños es a través juegos: «Intentando que sea por descubrimiento, no dando una charla o un powerpoint que ya de eso están aburridos y de forma muy dinámica, al final final en dos horas que estoy necesito captar su atención por eso voy disfrazada de bruja y utilizo un poco la teatralización».
Metodologías
Magallanes, explicó que poner el debate sobre la mesa ha hecho que la metodología de enseñanza cambie con el tiempo: «Cuando empecé era un tema desconocido entonces la gente estaba como más tranquila, ahora se ha convertido en un debate social, que nos hacía falta, y eso provoca también todo el discurso en contra que es misógino incluso a nivel político y hay una retroalimentación constante sobre todo a través de las redes sociales de discursos que van totalmente en contra de la igualdad y del feminismo. Entonces hay que enseñarles que es lo que consumen y a través de eso que desarrollen esa perspectiva crítica y vayan identificando el machismo en todo ese proceso de sociabilización y vayan intentando ser personas distintas y sobre todo darles un montón de herramientas y estrategias para amarse desde el buen trato, para ser quienes quieran ser, que mientras traten bien a los demás no hay ningún problema».
A los cinco años aparece la identidad de género, empiezan a decir esto es de niño y esto de niña y con los estereotipos, aunque no tienen esa retroalimentación de los ‘instagramer' pero escuchan ‘reggaetón', por ejemplo el tema de los juguetes o los videojuegos. Ella ha puesto el ejemplo del videojuego GTA en el que «matas a una prostituta y recuperas el dinero invertido», o que a los varones les empieza a «dar vergüenza» que los asocien con juegos destinados a las niñas, sin embargo no sucede lo mismo a la inversa.
También indicó que los pedagogos deben revisar cómo lo estan haciendo, «hay que escucharles y preguntarles cómo necesitáis que hagamos esto y tenerlos en cuenta, eso es fundamental».
En Secundaria, ya es de otra manera por ejemplo hacen un proyecto en el que viven el proceso de sociabilización del sexo contrario de forma sensitiva, se les tapa los ojos con unos cascos entonces los niños se ponen en el lugar de las niñas y viceversa, salen diciendo por fin somos partícipes de esto, y entienden que aunque se les esté dando los privilegios se les está educado en una inteligencia emocional que no es mutible en el que no pueden gestionar los conflictos si no es a través de la violencia porque se van a posicionar incluso el grupo de iguales, entonces van tomando conciencia de por qué se trabaja con ellos y con ellas.
El éxito para la coeducadora es ver que salen muy contentos, sobre todo los chicos que eran los perjudicados por decirlo de alguna forma, los que sentía que se les estaba culpabilizando de algo que ni siquiera habían creado.
Ana Magallanes lleva 23 años siendo coeducadora a nivel nacional en todas las edades hasta la adolescencia, también crea materiales coeducativas, es decir desarrolla las actividades mediante recursos como dibujos animados o aplicaciones de lenguaje inclusivo.