Produccions Aïllades propone una nueva entrega de la serie Los monólogos de la historia, esta vez centrada en la figura de Cristóbal Colón. El jueves 2 de mayo a las 20 horas tendrá lugar la lectura dramatizada ‘Cristóbal Colón. El último viaje' en la Sala Capitular del Ayuntamiento de Ibiza, en Dalt Vila, en un acto enmarcado en los 25 años de la declaración de Eivissa como Patrimonio Mundial por parte de la Unesco.
Basado en un texto de Carlos Garrido e inspirado en la teoría del investigador Nito Verdera sobre el origen ibicenco de Colón, Ramon Mayol dirige al actor ibicenco Iván Ros, como único actor en el escenario que, durante 40 minutos, nos relata su crítica situación tras realizar su cuarto y último viaje a las Indias.
Historia
Mar, mar. ¿Qué ven vuestras mercedes? Horizonte, cielo y mar. Mas yo os digo que más allá hay caminos, hay islas. Está la Verdad. Y no solo lo digo, sino que yo lo demostré.
Así comienza nuestro protagonista a relatar su peculiar historia, tras haber naufragado caído en el olvido y sufrido un tormentoso periplo en esa última expedición. En su primer y más famoso viaje a las Indias, el del Descubrimiento (1492-1493), Cristóbal Colón no llegó más allá de las islas del Caribe. Tampoco en el segundo (1493-1496) y solo en el tercero (1498-1500) tocó tierra continental americana, al norte de Venezuela. Pero sería realmente en su cuarto y último viaje, que partió de Cádiz el 9 de mayo de 1502 y regresó a Sanlúcar de Barrameda dos años y medio después, el 7 de noviembre de 1504, cuando Colón recorriese a fondo una parte del continente americano: en concreto, la costa donde actualmente se encuentran Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.
Tenía 51 años –una edad avanzada para la época–, sufría de gota y artritis y, lo que era peor a sus ojos, había caído en desgracia ante los Reyes Católicos, que por su mala gestión como gobernador en territorio americano le habían despojado de los privilegios que le fueran concedidos en las Capitulaciones de Santa Fe (1492). El experto marino, pese a todo ello, encaró de nuevo la larga travesía, esta vez a bordo de dos carabelas y dos naos y con una tripulación de 144 personas.
A su regreso, ya no era el hombre que había sido.
"Ahora, tenemos la oportunidad de conocer en primera persona cómo fueron sus últimos años, qué reflexiones se hacía, cuáles fueron sus conclusiones…", afirman desde Produccions Aïllades.