Pepe Rodríguez, célebre chef español y juez del popular programa de televisión MasterChef, protagonizó ayer el espacio de entrevistas de Ebusus Sociedad Cultural, «Unas Hierbas con...», dirigido y conducido por la periodista Montse Monsalve. Durante este encuentro, Rodríguez compartió sus reflexiones sobre la influencia de MasterChef en la cultura culinaria, destacando que "a pesar de ser un programa de entretenimiento, hay un pequeño trasfondo que intenta acercar la cocina y su cultura a los hogares». «Gracias a MasterChef hemos normalizado que un niño se ponga un delantal, ayude en la cocina a sus padres y quiera ser cocinero", subrayó durante la entrevista.
Pepe Rodríguez mantuvo antes de esta charla un encuentro con los alumnos de la Escuela de Cine de Ibiza, quienes han participado en un curso de verano inspirado en MasterChef, así como con jóvenes seguidores de este célebre cocinero que hizo las delicias de los pequeños.
Rodríguez también aprovechó este encuentro para expresar su profundo amor por Ibiza, una isla que ha descubierto a través de su gastronomía. «Vengo a Ibiza a comer bullit de peix y la mejor fideuá. El mejor arroz del mundo me lo he comido aquí: fino y sabroso", confesó el chef, quien mostró su preocupación por la preservación de la identidad culinaria de la isla. «Ojalá no se contaminen los restaurantes y ofrezcan todos lo mismo. La cocina tiene que evolucionar, pero sin perder el hilo conductor de la historia gastronómica de Ibiza», subrayó, haciendo un claro guiño a Juan Riera, propietario de Ca N’Alfredo, o a la repostera Mariana Rey, cuyo trabajo valoró y alabó.
Tradición e innovación culinaria
Propietario del restaurante familiar El Bohío en Illescas (Toledo), Pepe Rodríguez ha mantenido una estrella Michelin desde 1999, consolidando su posición como uno de los chefs más influyentes de España. Durante «Unas Hierbas con…» también recordó con cariño su primera experiencia en la cocina, cuando, siendo aún muy joven, se vio obligado a sustituir a un cocinero, descubriendo así su vocación. «Tal vez fue porque siempre he sido tímido y me sentí mucho más seguro estando dentro de la cocina que como camarero», comentó Rodríguez al recordar esos primeros días, «pero, aunque vocacionalmente yo querría haber sido futbolista o cantante de rock, encontré en «casa» mi sitio, ya que el destino no me dio voz para subirme a un escenario, ni piernas para llenar estadios», evocó entre risas.
En su intervención, también habló de su enfoque en la cocina tradicional. «Me gusta elaborar recetas de siempre y darles una vuelta, ponerlas al día, aligerarlas sin perder la esencia de la cocina popular de Castilla-La Mancha", explicó el chef. Además de El Bohío, Rodríguez fundó junto a su hermano Diego La Casa de Carmen, otro establecimiento que también ha sido galardonado con una Estrella Michelin. Su talento y dedicación han sido reconocidos con varios premios, incluyendo el Premio Nacional de Gastronomía en 2010.
En cuanto a la situación actual del sector de la hostelería, Rodríguez subrayó la importancia de «dignificar el oficio» y mejorar las condiciones laborales. "He perdido muchas otras cosas, pero quiero ganar en capital humano: ofrecer sueldos adecuados, mejores horarios... eso también es cultura gastronómica", destacó el chef, quien reconoció que, tras la pandemia, muchas personas «han perdido la ilusión por trabajar en la hostelería», y enfatizó la necesidad de ser «más conciliadores con los horarios laborales para atraer y retener el talento en el sector».
Pasión por la buena mesa
Rodríguez, conocido por su pasión por la cocina desde joven, relató cómo sus veranos los dedicaba a aprender en otros grandes restaurantes, una experiencia que moldeó su carrera y su visión sobre la cocina. Durante su formación, tuvo la oportunidad de trabajar junto a chefs de renombre como Martín Berasategui o Ferrán Adrià. «Dedicaba mis vacaciones a currar durante muchas horas para aprender de los mejores y un verano, en el que estaba con Martín nos fuimos juntos a descubrir El Bulli, donde nos quedamos fascinados por la cocina innovadora que allí se practicaba. Aquello era un laboratorio, algo que nunca habíamos visto, y nos demostró por qué Ferrán es el mejor cocinero del mundo», resumió.
Pepe Rodríguez concluyó la entrevista resaltando la importancia de la cultura gastronómica y el legado que espera dejar a sus hijos. «Lo que voy a dejar a mis hijos es que hayan comido de todo y casi de todo con su padre», afirmó.
Su intervención en el marco del programa «Unas Hierbas con…», de Ebusus Sociedad Cultural, logró el aforo completo y ofreció una visión íntima y reflexiva de un hombre que ha marcado una época en la gastronomía española, dejando una huella indeleble tanto en sus platos como en el corazón de quienes comparten su amor por la buena mesa.