El pasado 7 de septiembre, el Recinto Ferial de Ibiza se convirtió en el epicentro de la música y la nostalgia con el regreso triunfal de Statuas d Sal, una de las bandas más icónicas de la isla. El evento, parte del ciclo Estiu Jove, reunió a miles de fans ansiosos por revivir los himnos que marcaron una época. La espera de más de una década culminó en un espectáculo inolvidable que quedó grabado en la memoria de todos los asistentes.
La velada comenzó con la energía de Morning Drivers, una banda local que demostró ser digna heredera del legado musical de la isla. Con su carisma y talento, encendieron el ánimo del público. Pero el momento cumbre llegó cuando las luces del escenario se apagaron y comenzaron a sonar los primeros acordes de Hoy por hoy. Entonces, los gritos y aplausos confirmaron que Statuas d Sal había vuelto.
David Serra, con su inconfundible voz y presencia escénica, lideró a una banda que no había perdido ni un ápice de su magia. Omar Gisbert y Joan Barbé demostraron una vez más por qué son considerados dos de los más grandes músicos de la isla, mientras que Fernando Hormigo y Juanma Redondo aportaron la base sólida y el alma que siempre caracterizó a la formación.
El repertorio fue una auténtica carta de amor a sus fans. Canciones como Campanas, Mentiras y Gato mojado hicieron vibrar al público, que coreó cada palabra como si no hubiera pasado el tiempo. La emotiva sorpresa de la noche llegó con la aparición de Cayetano González, antiguo miembro de la banda, que se unió para interpretar tres temas memorables. Fue un guiño al pasado que emocionó a todos los presentes.
‘Merengue’
La noche culminó con un bis apoteósico. Frágil y Merengue cerraron el concierto con una mezcla de melancolía y euforia que dejó al público deseando más. ¿Será este el último capítulo en la historia de Statuas d Sal, o solo un nuevo comienzo? David Serra dejó abierta la puerta a futuras reuniones, pero insistió en que esta noche fue un regalo tanto para los fans como para ellos mismos.
Lo que queda claro es que Statuas d Sal no es solo una banda; es un fenómeno cultural que ha unido a generaciones en torno a su música. Este concierto no fue solo un evento; fue una celebración de la identidad ibicenca y un recordatorio del poder de la música para trascender el tiempo. Statuas d Sal ha dejado, una vez más, una huella imborrable en la historia de Ibiza.