La doctora en Geografía e Historia por la Universidad Autónoma de Madrid, Lena Mateu, presentó ayer en Ibiza las conclusiones sobre las nuevas perspectivas que le ha proporcionado el constante estudio de la joyería tradicional ibicenca. Según avanzó, se trata del resultado de muchos años de trabajo en el que ha podido conjugar protocolos notariales, fuentes iconográficas y una intensa labor de campo.
Mateu ofreció su interesante charla con el título de ‘La joyería en Ibiza. Una nueva perspectiva’. La UIB organizó este acto junto a una visita guiada por el Museo Diocesano de la Catedral.
Al referirse a la joyería tradicional ibicenca, Lena Mateu mencionó el trabajo de los plateros o ‘argenters’ que residían en Ibiza y que eran de procedencia judía en su gran mayoría. Un hecho que llegó a quedar reflejado en determinadas piezas como agujas criptojudías o un ‘adreç’ en cuya parte superior o ‘castell’ puede verse la estrella de David.
«Teniendo en cuenta sus creencias, las joyas tenían elementos que se adaptaban tanto a su religión como al cristianismo y es muy interesante», afirmó.
Lena Mateu habló también del ‘clauer’, una joya tradicional que colgaba de la cintura de la mujer y que era considerada como «un precinto simbólico de la virginidad».
«Aunque se discutía lo contrario, los protocolos notariales y las fuentes iconográficas vienen a confirmar su gran implantación social», señaló Mateu, quien destacó además que la cinta del ‘clauer’ que rodeaba la cintura fue el precedente del tradicional ‘cordoncillo’.
«Lo que es fundamental en la ‘emprendada’ es el rosario. En un primer momento, en el siglo XVII comprobamos la existencia de joyas de plata y coral con un carácter mágico protector a través de amuletos reforzado después con un carácter religioso», explicó.
Entre otros datos, Mateu aportó a esta nueva visión la influencia mallorquina en determinadas piezas, aunque quiso reiterar que «la joyería ibicenca tiene entidad propia y se ha desarrollado en la isla con una personalidad propia».
«Es muy bonito subrayar cómo el pueblo ibicenco se identifica con estas joyas», insistió.
Otra corriente llegada desde Mallorca fue añadir una ‘joia’ al extremo de los rosarios que conformaban la ‘emprendada’. En cuanto al conjunto de anillos que los novios regalaban a sus prometidas, Mateu recordó que ya la escritora Victorina Ferrer Saldaña se refería en su leyenda de sa Creu d´Len Ribes a esta costumbre, haciendo referencia a la procedencia mallorquina de los anillos.
«La relación con Cerdeña también es preciosa», destacó la experta al comentar las características similares de determinados anillos tradicionales ibicencos con los de la isla italiana.
Visita
La conferencia estuvo precedida por una interesante visita al Museo Diocesano de la Catedral dirigida por la restauradora Nieves Peinado. Según explicó, el hilo conductor de su intervención fueron las piedras preciosas y semipreciosas utilizadas en las obras de arte expuestas en este espacio. «La Custodia que se expone es muy importante. Sólo existen tres de tipo medieval con esas características y muchos historiadores creen que la de Ibiza es la más antigua de España», destacó.
Peinado resaltó la importancia del Museo Diocesano, todavía un gran desconocido para muchos ibicencos. «Acepté llevar a cabo esta visita para dar a conocer el espacio. Historiadores como Macabich resaltaban en Ibiza tres cosas importantes en cuanto a obras de arte antiguas: el retablo de Jesús, las murallas y la Custodia. Tenemos una pieza que se ha llevado a exposiciones internacionales y que aparece en catálogos importantes y mucha gente no la conoce», afirmó.
Peinado recordó que esta pieza fue restaurada hace 20 años «y ya va siendo hora de realizar una nueva intervención para mantenerla en buen estado».
Otra de las obras destacadas por la experta durante la visita fueron las tablas de San Antonio y Santa Tecla «salvadas» del retablo original de la Catedral cuando era un templo gótico. Se trata de unas obras «importantísimas» del pintor Francesc Comes.