Dejando atrás esa vergüenza momentánea que a veces sienten los niños a la hora de hablar en público ante desconocidos, varios fueron los alumnos de quinto de Primaria de Cas Serres que levantaron la mano con decisión ante la posibilidad de compartir con Periódico de Ibiza y Formentera sus emociones después de haber participado en Cantània. Este proyecto musical, celebrado en el Auditorio de Barcelona, está dirigido a estudiantes de Educación Primaria en el que los alumnos forman parte de grandes coros junto a una orquesta.
Un hito educativo para la isla, ya que, según indicó la maestra de música del CEIP Cas Serres, Alba Ruiz, es la primera vez que un colegio de Ibiza participa en este espectáculo musical para escolares. No es de extrañar que estos estudiantes, todavía con las emociones a flor de piel, relataran su gran viaje a Barcelona y su participación en Cantània. «Ha sido una experiencia increíble que nos gustaría repetir. Estamos muy agradecidos con nuestros maestros por todo lo que nos han enseñado», destacó la alumna Sara, resaltando que conocer a Vera y Ernest fue una de las mejores experiencias que estos jóvenes vivieron durante su intervención en el espectáculo.
Hay que señalar que Vera y Ernest son los personajes de un videojuego que cobran vida en la canción Real. Así se llama la obra interpretada por todos los alumnos participantes en Barcelona, una cantata en catalán que reflexiona sobre los límites de la realidad y la ficción a través del universo de ambos personajes. «Nosotros fuimos los coristas del coro dos y nos encantó», indicó Sara, mientras su compañero Zakariae señalaba los nervios vividos cuando se enteraron de que iban a participar en esta edición musical. «Al principio no sabía en qué consistía este espectáculo, pero luego nos explicaron la actividad y ya perdí los nervios», destacó este pequeño con una sonrisa. Otro de los estudiantes que también vivió momentos de nerviosismo, antes de actuar ante más de 2.000 personas en el Auditorio de Barcelona, fue Dylan. Este estudiante agregó que durante el viaje fue cuando surgió esta inquietud que, según destacó, se intensificó durante el espectáculo musical porque estuvo situado en el centro del escenario y en primera fila.
«Me gustaría repetir la experiencia», apuntó con satisfacción. Muy cerca de ambos estaba Rania, quien destacó la «energía» vivida durante toda la jornada musical en la Ciudad Condal. «Era la primera vez que volábamos en avión todos los compañeros juntos. Me gustaría agradecer también a los maestros todo lo aprendido», subrayó esta alumna, mientras añadía que el mejor momento vivido fue conocer a otros niños y, especialmente, a los personajes Vera y Ernest, que estuvieron firmando camisetas a estos pequeños artistas.
En total, según recalcó la maestra Alba Ruiz, participaron más de 600 estudiantes de Primaria de diferentes regiones del país. «Había cuatro coros y nosotros éramos el coro dos; había colegios de toda España», puntualizó Ilyas, mientras su compañero Casius añadía que fue una experiencia muy bonita, aunque reconoció que estaba algo nervioso cuando se subió al escenario. «Me quité los nervios al cantar», explicó, mientras la alumna Noemi afirmaba lo mucho que le gustó la experiencia y los materiales utilizados durante el espectáculo. «El material brillaba y las luces eran ultravioleta; veíamos rectángulos reflejados. Además, los profesores han sido muy buenos», indicó esta joven.
A pocos metros estaba Mishelle, una estudiante muy risueña que elogió esta experiencia tan especial, resaltando cómo en diciembre vendieron cestas de Navidad para recaudar fondos y, así, poder realizar el viaje. «Me emocioné mucho la noche de antes porque todo estaba siendo muy chévere», precisó Mishelle, haciendo hincapié en que también tuvieron tiempo para hacer algo de turismo por Barcelona. Al respecto, Malak subrayó que visitaron el Parc de les Glòries y la Sagrada Familia, y en autobús pasaron por Montjuïc y la Plaça de Catalunya. «La Sagrada Familia es como un castillo. Barcelona tiene muchos paisaje bonitos y naturales», agregó el pequeño Malak, junto al resto de estudiantes de la clase que participaron en el espectáculo. Ellos fueron, además de los pequeños citados, Agali, Amaya, Brigitta, Esteban, Jackelin, Lucas, Malak, Thiago, Ximena. Todos ellos recrearon en la clase su gran actuación en Cantània.
Fue después cuando Xavi Vela, tutor de este curso, preguntó a los alumnos la moraleja y el mensaje profundo de la historia que relata esta canción. Enseguida Sara levantó la mano explicando que es una metáfora filosófica que ilustra cómo el personaje Ernest «quería salir del videojuego porque se veía atrapado en una rutina y quería salir a la realidad para explorar y sentir obstante los humanos».
No osbtante, Rosa indicó que cuando salió de esta rutina observó que no era todo «de color de rosa». Por su parte, Casius afirmó que en la historia, el protagonista quería conocer la verdad, pero el juego no le dejaba. Asimismo, según manifestaron los docentes, la canción hace reflexionar a los jóvenes sobre el uso de las pantallas, la percepción del mundo y la importancia de conectar con la realidad.
En este sentido, Alba Ruiz explicó que la orquesta está bajo la dirección de profesionales y cuenta con la participación de solistas. Hay que señalar que Real es una composición con música de Xavier Pastrana y libreto de Lucía Ramis, una obra que desde el Auditorio de Barcelona envían a los docentes de toda España que se han inscrito para participar.
Tres formaciones al año
«Nos envían las partituras, el material y todos los recursos que necesitamos para ponerlo en práctica con los niños», apuntó la maestra de música, agregando que reciben tres formaciones al año para trabajar los movimientos y los aspectos musicales. «Son canciones que a nivel musical son muy difíciles; los estudiantes aprenden figuras musicales complicadas sin darse cuenta», precisó, mientras subrayaba que han sido seis meses de mucho trabajo con los pequeños. En esta línea también quiso remarcar que este proyecto musical, que se lleva celebrando unos 30 años, fomenta la inclusión escolar porque permite que centros con menos recursos puedan participar en igualdad de condiciones que otros colegios en una mejor posición socioeconómica.
«Nos han ofrecido becas para que los niños pudiesen ir y las familias también pudiesen disfrutarlo. Nos han becado incluso una parte de las entradas y se ha hecho muchísima inclusión. Hay cuadernos musicales específicos para niños con autismo y, cuando estás en el concierto, observas que hay salas insonorizadas y también materiales multisensoriales.