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Productos del mercado

La sandía, un verano más, la reina en los mercados de la isla

Puede llegar a pesar más de 20 kilos y la autóctona tiene semillas grandes, carne roja y un sabor dulce

De momento, el precio en los mercados oscila entre los 2,20 y los 2,45 euros el kilo | Foto: N.S

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Con la llegada de junio, pocos productos tienen tanto tirón en los mercados de Ibiza como la sandía. Esta fruta, fresca, crujiente y de un rojo intenso, es la mejor aliada para sobrellevar el calor del verano. Y aunque llega cada año por estas fechas, nunca se recibe igual. En esta campaña, las condiciones meteorológicas han sido especialmente buenas, con una primavera de lluvias moderadas y temperaturas suaves que han hecho posible una cosecha de gran calidad.

Este año, el precio en los mercados oscila entre los 2,20 y los 2,45 euros el kilo. Puede parecer elevado, pero quienes conocen bien el producto saben que compensa y, además, es momento de que empiece a bajar de precio. Hablamos de piezas que pueden superar los 20 kilos, con una pulpa jugosa, dulce y especialmente firme, y por su piel rayada que combina tonos de verde claro y oscuro, algo característico que las diferencia de otras variedades.

Las sandías de Ibiza no solo son más grandes que las que se encuentran en otras regiones, sino que además destacan por su sabor concentrado y por su textura.

La sandía ibicenca requiere un clima cálido y suelos fértiles, bien drenados y ricos en materia orgánica. Se siembra en primavera, entre marzo y julio, y el riego regular es fundamental para conseguir la mejor calidad. Según los expertos, para saber si una sandía está buena existen varios trucos, como observar si tiene una mancha amarilla, símbolo de que ha madurado al sol; o darle unos golpecitos con los dedos para comprobar si suena hueca.

Una de las particularidades que diferencia a las sandías ibicencas es la presencia de semillas, algo que en otros mercados se considera una desventaja pero que aquí se mantiene con orgullo. «La pipa grande es signo de una variedad con sabor», nos dice un veterano del Mercado de Santa Eulària que lleva décadas cultivando sandías. Incluso recuerda cómo, hace casi 40 años, experimentó con injertos de sandía sobre calabaza para fortalecer las raíces y lograr frutos más resistentes. «La calabaza lagenaria tiene una raíz muy fuerte. Al injertar la sandía sobre ella, mejora su desarrollo, sobre todo en suelos más exigentes».

Eso sí, también se encuentran sandías sin semillas, más pequeñas y de carne más rosada, que responden a las nuevas preferencias del consumidor. «Las sin pipa se venden más, pero no saben igual», afirma.

La sandía ibicenca es, en resumen, un producto que combina adaptaciones ingeniosas y sabor local. Cultivada desde primavera y recolectada en su punto justo de maduración, seguirá siendo protagonista en las mesas hasta mediados de septiembre.

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