Un símbolo del lujo clásico, el Rolls-Royce Silver Shadow que perteneció a Grace Kelly, ha renacido como obra de arte gracias a la intervención del artista ibicenco Hosh Con trazos vibrantes y un lenguaje visual contemporáneo, el coche, que encarnó la elegancia de Hollywood y la realeza europea, adquiere una nueva vida como pieza única que dialoga entre el pasado y el presente.
El vehículo es un Rolls-Royce Silver Shadow, uno de los modelos más emblemáticos de la marca británica, fabricado entre los años 60 y 80. Fue el primer Rolls con carrocería monocasco y suspensión independiente, un símbolo de modernidad y elegancia en su época. Este ejemplar en concreto formó parte del legado de Grace Kelly, actriz convertida en princesa de Mónaco, cuya figura representa el glamour clásico del siglo XX. Su vida osciló entre el esplendor del cine y la sofisticación de la realeza, y su pasión por los coches de alta gama era un reflejo de ese universo.
Respeto y transgresión
Encargado por el hotel Hannah Formentera, el proyecto ha supuesto para Hosh un desafío singular. «El hecho de que sea un Rolls Royce que perteneció a una estrella como Grace Kelly le da todavía un elemento más de adrenalina y responsabilidad a la hora de pintar el coche», explica el artista, que comenzó su trayectoria en el graffiti en 1991 y ha desarrollado una carrera internacional combinando raíces callejeras y formación académica.
Lejos de limitarse a decorar la carrocería, Hosh ha reinterpretado el coche respetando su esencia. «Lo más bonito del coche es su línea, así que la he tenido muy en cuenta a la hora de jugar con él, metiendo una línea orgánica sin cargarlo demasiado y dejando que respire». El resultado es una obra que conserva la elegancia clásica del vehículo, pero la envuelve en un lenguaje urbano, fresco y atemporal.
Diálogo con el entorno
La intervención ha tenido en cuenta no solo la historia del coche, sino también su nuevo destino. «Obviamente me ha influenciado el lugar en el que va a estar, el coche que es y la historia que tiene», señala Hosh. El Rolls-Royce pasará a formar parte del Hannah Formentera, un hotel que apuesta por la estética provocadora y el espíritu artístico, integrando esta pieza como parte de su identidad.Trayectoria
HOSH ha llevado su arte desde las calles de Ibiza hasta ciudades como Barcelona, Madrid, Londres o Nueva York, realizando murales, instalaciones y colaboraciones con marcas internacionales como Carolina Herrera, Nespresso, San Miguel, Ushuaïa Ibiza, Moët Chandon o Pacha Ibiza. Su intervención sobre el Rolls‑Royce reafirma su apuesta por un arte que trasciende soportes y géneros, convirtiendo un objeto histórico en un nuevo canal de expresión.
«Intocable»
Este Rolls-Royce, que en su día fue testigo del esplendor de los años 50 y 60, continúa su viaje transformado en una obra de arte contemporáneo. Como dice el propio Hosh: «De lo más atractivo de este proyecto es que es una propuesta atrevida, salir del estereotipo de Rolls Royce clásico que no se puede tocar porque pierde valor. Me da la oportunidad de jugar con algo que se supone que es intocable».
En arte dice… 🤣