Vicente Galaso (Madrid, 1968) recuerda que el 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental. ‘Más allá del diagnóstico’ es un proyecto artístico de creación fotográfica cuyo objetivo es cambiar la mirada de la sociedad hacia el sufrimiento mental y contribuir a modificar el estigma que genera. La muestra es fruto del convenio de colaboración entre la Dirección General de Salud Mental y la asociación ‘La Nostra Veu’. La exposición fotográfica podrá visitarse desde este viernes y hasta el próximo 18 de octubre en Sa Nostra Sala.
—¿Qué vamos a ver en ‘Más allá del diagnóstico’?
—Realmente, se trata de un conjunto de retratos fotográficos individuales y en grupo y, tras ello, lo que hay es un proyecto de creación colectiva fotográfica que se hizo durante varios días con la participación de muchas personas de todos los dispositivos relacionados con la salud mental. En concreto, la exposición es de los servicios de Ibiza. Es un grupo que nos retratamos entre todos para buscar qué identidad tenemos tras un diagnóstico.
—Con esos retratos se desvelarán muchas cosas del personaje.
—Al final, el buen retrato fotográfico es el que deja intuir y deja interpretar al espectador qué persona hay detrás de una mirada. Es la belleza del retrato si se consigue, porque en un mundo de ‘selfies’ es complicado. Hay una cosa bellísima que tienen las personas que suelen convivir con los sufrimientos y es que tienen una mirada muy sincera, a pesar de lo que pueda parecer porque creemos que se intenta ocultar. Sin embargo, nos ponemos más máscaras aquellos que no convivimos con el sufrimiento de una forma directa.
—En Mallorca estos días puede visitarse una muestra similar, ¿qué valoraciones está recibiendo?
—Una que me encanta es que hay una mezcla de retratos con y sin diagnóstico y aparecen familias o personal sanitario. La gente no sabe quién es quién. Incluso, de repente pregunta qué le pasa a una persona y resulta que es psiquiatra. Esa manía de etiquetar a la gente sin conocerla la llevamos al espectador. No hay que juzgar tanto sin conocer a la persona.
—El viernes se conmemora el Día de la Salud Mental.
—Para quienes trabajamos en este entorno todos los días lo son, aunque es bueno tener un día en el que la mirada se dirija a las personas con trastorno mental y se pueda alejar ese concepto de peligro asociado y sufrimiento permanente y esa es la oportunidad que damos. Dime quién eres debajo de tu diagnóstico.
—Usted es fotógrafo y psicólogo, ¿cuándo comenzó a compaginar estos dos ámbitos?
—Hice la carrera compaginando las dos cosas y durante la carrera, en Bellas Artes, ya hacía cosas con personas con diversidad funcional. Me viene de muy atrás. De hecho, mucha gente a veces me llama psicólogo y otras, fotógrafo. Me cuesta definirme, aunque siempre he convivido con el arte como una herramienta de transformación social y de búsqueda personal, sobre todo en diagnósticos en los que el lenguaje es complejo y se necesitan otras vías comunicativas y ahí aparecen la danza o la fotografía.
—Sin embargo, no hay tantos trabajos como el suyo en el que se combinen estos ámbitos.
—No y no debería ser tan extraño entrar en un hospital y que, junto a las terapias tradicionales, existan otras vías para poder acercarse. Al final, hay que ver de dónde viene el sufrimiento. Cuando alguien desarrolla un alcoholismo o aparecen un delirio o autolesiones, eso es una respuesta a un dolor previo, normalmente desde la infancia. Vemos el síntoma de un dolor. Debería ser más natural relacionarse con el arte como una forma de acercarnos a uno mismo y al otro.
—Usted preside ‘La nostra veu’ en el que aborda temas sociales a través, por ejemplo, de la fotografía.
—Hace tiempo que descubrimos que el arte es nuestra estrategia de trabajo y se llama así porque, precisamente, pone al sufriente en primera persona. Trabajamos con teatro, escritura o fotografía. Nos estamos convirtiendo más en un espacio de creación artística al que llamamos ‘esquizofriendly’ porque las personas son bienvenidas y muchas llegan y no tienen un diagnóstico. Se está abriendo a la ciudadanía y es una forma de que la gente le pierda el miedo.
—¿Es cierto que desde la pandemia, más en gente joven, están surgiendo muchos problemas de salud mental?
—Sí. La pandemia fue un revulsivo para que afloren determinadas problemáticas. Ha aflorado también desde entonces la problemática de la vivienda y nos damos cuenta de que es muy difícil mantener una estabilidad mental si no tienes un techo para cobijarte. Estamos creando un mundo en el que aflora mucho sufrimiento mental, y en los jóvenes especialmente.
—Para acabar, ¿qué diría a aquellos que piensen en visitar la exposición?
—Que vengan porque se sorprenderán de que la imagen que tienen de la salud mental no es la real. Todos podemos pasar por ahí.
JoanTu seguro eres uno de ellos. Zurrasardinas.