Borja Vilaseca (Barcelona, 1981) participa este fin de semana en Ibiza en el VI Ibiza Wellness Weekend. A las 18.45 horas, en el Palacio de Congresos, ofrecerá una masterclass con el título ‘Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo’. Vilaseca se define como emprendedor social y activista educativo, entre otras facetas.
—Con ese título, ¿qué quiere trasladar al asistente a su charla?
—Básicamente, vamos a profundizar en claves de autoconocimiento para que las personas tengan más claridad sobre cómo mirar hacia adentro, sanar heridas, iluminar sombras, cuestionar limitaciones y explorar todos los aprendizajes que, de alguna manera, debemos seguir para transformarnos y despertar. Eso, de alguna forma, significa ser el cambio. No sé en Ibiza, pero en Barcelona lo que más se oye es que la gente está fatal. Hay como una epidemia de enfermedad mental, con muchos egos, narcisismo, estrés, ansiedad y malestar cultural en la sociedad. Por tanto, vamos a ir a la raíz, que está en nuestro interior, para ser nosotros ese cambio. Va a ir por ahí.
—Por lo que comenta, la sociedad actual está enferma.
—Creo que todo comienza con el sistema educativo industrial, que quedó obsoleto hace muchas décadas. En vez de educarnos para ser felices, responsables, libres, y para estar preparados para lidiar con la vida, nos condiciona y nos programa y perpetúa en nosotros una mentalidad muy limitante. Además, muchos venimos de familias bastantes disfuncionales, con adultos narcisistas, padres emocionalmente inmaduros, y atravesamos la infancia con traumas que, al entrar en la edad adulta, se han convertido ya en taras de nuestra personalidad. También, la presión social promueve una serie de convenciones estandarizadas sobre cómo se supone que debemos vivir o pensar para adaptarnos a lo socialmente establecido. Sin embargo, en ninguno de los tres casos: el educativo, social o familiar, se tiene en cuenta nuestra verdadera esencia o singularidad. Así, al llegar a la edad adulta las personas están tremendamente limitadas y condicionadas y todo eso nos lleva a muchas disfunciones y patologías y, como no hemos recibido educación emocional, buscamos fuera la solución agravando más el problema porque, al final, creamos una sociedad que busca parches, se evasiona y las personas acaban tocando fondo o entrando en una crisis existencial. Festivales como el de Ibiza evidencian que hay una necesidad de gente que busca respuestas diferentes a las propuestas por la propaganda ordinaria.
—Dice que tocó fondo con 19 años y que es muy afortunado por ello.
—El privilegio es que, como no hemos sido educados emocionalmente, si no se entra en esa noche oscura, normalmente nadie hace ese ejercicio de mirar hacia el interior porque conocerse a uno mismo es algo doloroso e incómodo. La fortuna de tocar fondo joven es porque empecé pronto ese camino y ahora, con 44 años, llevo tiempo mirando hacia adentro y eso me da más oportunidades de sanar y transformar. No se acaba nunca, porque uno siempre va rascando y va encontrando nuevas cosas. Yo no le deseo a nadie la infancia que tuve, pero intentas sacar lo positivo y ahora me veo como un privilegiado.
—Tras una de sus charlas o la publicación de alguno de sus libros, ¿qué es lo mejor que le han llegado a decir?
—Una de las cosas que más me han dicho, sobre todo cuando me ven en persona, es que les he cambiado la vida. Sin exagerar, más de 10.000 personas mirándome a los ojos me lo han dicho. Yo sé que no le puedo cambiar la vida a nadie. El tema es que tú te la cambias. Al final, me gusta mucho esto que hago porque es mi terapia y me ha sanado mucho y me llena de gratitud ver que mis libros o charlas también te han servido. Eso es algo que me alegra pensando en la gente porque, cuando uno está mal, cualquier apoyo es bienvenido.
—Este año ha publicado su libro ‘Ser feliz es fácil’, un título que causará dudas a muchas personas.
—Creo que me he pasado de provocador porque ser feliz no es fácil, más en el mundo actual con tantos agravantes económicos o sociales. Yo he escrito este libro saliendo de un divorcio y en un momento que, diría, ha sido el más difícil. Ser feliz es más fácil de lo que parece si te conoces. Para mí ha sido muy terapéutico y si te liberas de los condicionantes y practicas el amor propio, el autocuidado de la mente, el espíritu y el sistema nervioso, si sabes cómo armonizarlos, estarás más conectado con tu esencia y la felicidad será tu estado natural. El problema es que vivimos de tal modo que lo hacemos imposible. Vivimos de una forma equivocada porque no potenciamos la felicidad interior, sino que nos alejamos constantemente de ella. Sé que el título es una provocación, pero si te tomas en serio el trabajo de ser feliz, no está tan lejos como pensamos porque está aquí y ahora en nuestro interior. Es lo que somos en esencia.
—Un consejo o una frase con la que suele acabar sus charlas.
—Digo dos cosas siempre. Una, que no se crean nada y que lo verifiquen a través de la experiencia. Para mí no se trata de debatir, sino de experimentar y sacar las propias conclusiones. También, estirar del hilo del sufrimiento, que es el motor de la verdadera felicidad. No se trata de tapar, sino de meterse en ese sufrimiento y ver qué hay detrás. Cuando te conviertes en explorador de tu interior, llegas a esa raíz y tienes una gran comprensión del sufrimiento. Poco a poco, fruto de ese proceso, comienzas a diseñar tu propia vida, interior y exterior, para sentirte más feliz. Siempre digo que, quien quiere encontrará un medio y, quien no, una excusa.
Resumiendo... hay q masturbarse más y relajarse