La Fira de la Sal volvió a llenar Sant Jordi de ses Salines de historia, creatividad y poble. La novena edición de este evento, organizado por el Ayuntamiento de Sant Josep, celebró la memoria salinera de Ibiza con una jornada repleta de actividades, talleres y música que tuvo como gran novedad la presentación en sociedad de Xicu y Jordi, dos gigantes cabezudos inspirados en los trabajadores de las salinas.
Estos nuevos personajes, concebidos como guardianes simbólicos de la Fira de la Sal, hicieron su primera aparición durante este sábado, despertando la curiosidad, las sonrisas y, sobre todo, la simpatía del público. Con sus grandes cabezas y sus trajes de faena, los dos salineros desfilaron entre los puestos del mercado y se convirtieron en el centro de todas las miradas, especialmente entre los más pequeños. Su presencia buscó rendir homenaje a las generaciones de hombres y mujeres que han trabajado en las salinas, pilar histórico y cultural del municipio.
El alcalde de Sant Josep, Vicent Roig, celebró que el buen tiempo acompañara finalmente la jornada, tras unos días marcados por la lluvia, aunque lamentó que algunas actividades previstas, como la caminata por las salinas, tuvieran que ser suspendidas debido al mal estado del terreno. Aun así, destacó la alta participación y el ambiente festivo que se vivió durante toda la feria.
La jornada del sábado fue el corazón de la programación. Desde primera hora, la plaza de Sant Jordi se llenó de visitantes que recorrieron el mercado de artesanía y productos locales, mientras los talleres creativos y educativos daban protagonismo tanto a niños como a adultos. Los más pequeños participaron en actividades como Ilustrando las salinas con acuarela y sal o el taller de pasta de sal, mientras que los mayores pudieron elaborar sales aromáticas y exfoliantes naturales con Sal d’Eivissa, reinterpretando los usos tradicionales de este producto icónico.
El arte también tuvo su espacio con la entrega de premios del concurso Salipinta, que reunió obras inspiradas en el paisaje salinero y en la importancia de la sal como fuente de vida.
Uno de los momentos más esperados fue el showcooking de Sabors d’Eivissa, donde se ofrecieron recetas elaboradas con sal local —desde preparaciones tradicionales como la salmuera hasta versiones contemporáneas de platos marineros—. La comida popular de ossos amb col, servida junto a la iglesia y amenizada por el grupo Cover Garden, se convirtió en un punto de encuentro entre vecinos y visitantes.
Por la tarde, la feria continuó con el concierto conjunto de la banda vasca Musika Banda Da Capo y la Banda Municipal de Sant Josep, que llenó la plaza de música y aplausos. Después tuvo lugar la recreación de la salpassa, una antigua bendición de la sal, y una misa solemne en la iglesia de Sant Jordi. El cierre llegó con la proyección fotográfica D’on venim, un homenaje visual a los antiguos trabajadores de les Salines d’Eivissa y a su legado.
Con una asistencia numerosa y un ambiente familiar, la IX Fira de la Sal reafirmó su vocación de preservar la herencia cultural del municipio, al tiempo que incorporó nuevos símbolos, como los cabezudos Xicu y Jordi, que desde ahora acompañarán a futuras ediciones como emblemas del espíritu salinero de Ibiza.