La celebración del Dia de l’Olivera en Ca n’Andreu des Trull reunió este sábado por la mañana a más de una treintena de vecinos, productores y amantes de la cultura oleícola en una jornada que combinó divulgación, tradición y experiencias prácticas en torno a uno de los símbolos agrícolas más arraigados de Ibiza: la oliva y su aceite. Desde primera hora de la mañana, el conjunto etnográfico se llenó de actividad en una edición que apostó por el aprendizaje intergeneracional y por el valor patrimonial del paisaje agrícola pitiuso.
La jornada arrancó a las 09.30 horas con un taller de salar aceitunas impartido por la cocinera y divulgadora gastronómica Cristina Ferrer. Los participantes pudieron conocer de primera mano diferentes técnicas de conservación, los tipos de salmueras más frecuentes en la tradición ibicenca y las variedades locales que mejor responden al proceso. Ferrer subrayó la importancia de recuperar estos métodos que, durante generaciones, permitieron asegurar la presencia de aceituna en las despensas familiares durante todo el año. El taller, de carácter práctico, permitió a los asistentes preparar sus propios botes para llevarse a casa.
A las 10.30 horas, el protagonismo pasó de la mesa de cocina al paisaje, con el taller de acuarela al aire libre dirigido por la artista Mònica Matheu. Sobre el fondo de los bancales y los olivos centenarios, Matheu invitó a observar el entorno con calma, analizar la luz de la mañana y trasladar al papel texturas, sombras y matices propios del otoño isleño. La propuesta atrajo tanto a aficionados al dibujo como a visitantes que se acercaban por primera vez a la técnica de la acuarela, y permitió reivindicar la relación histórica entre arte y territorio rural.
El momento más divulgativo de la jornada llegó a las 11.30 horas con la conferencia de Vicent Marí Palermet dedicada al sistema tradicional de producción de aceite. Marí, reconocido conocedor de la cultura agraria ibicenca, repasó en el mismo Trull de Ca n’Andreu minuciosamente los procesos que durante siglos se llevaron a cabo en los trulls de la isla: desde la recogida de la aceituna hasta su molturación, decantación y almacenaje. En su intervención destacó la resiliencia de estas prácticas, su vínculo con la sostenibilidad y el papel que desempeñan en la preservación del paisaje agrícola. También reflexionó sobre la convivencia entre las técnicas ancestrales y la modernización de la producción actual.
El broche de oro de la celebración se vivió a las 13.00 horas con la degustación del primer oli d’Eivissa de la temporada, guiado por Josep Lluís Joan. Los asistentes pudieron probar las primeras extracciones del año, caracterizadas por su frescura, aromas herbáceos y notas afrutadas. Joan explicó las particularidades de la campaña, los factores climáticos que han influido en el rendimiento y la importancia de valorar el aceite nuevo como un producto efímero y excepcional.
El Dia de l’Olivera en Ca n’Andreu des Trull volvió a consolidarse así como un encuentro imprescindible para reivindicar la cultura oleícola local, promover el conocimiento del patrimonio rural y celebrar, una vez más, la llegada del nuevo aceite de Ibiza.