Esta semana conocíamos la repercusión por los vertidos de lodos sin terminar de secar en fincas agrícolas y en el vertedero de Formentera por parte de la empresa Abaqua, responsable de la gestión de la planta depuradora (EDAR) ubicada en Sant Francesc Xavier.
Unos hechos que provocaron la proliferación de moscas y malos olores en las zonas de es Cap de Barbaria y Cala Saona.
En un principio y según expresó desde el Consell la consellera de Medi Ambient, Daisee Aguilera, «podría tratarse de que el filtro de la prensa de la máquina compactadora de los fangos no funcionara correctamente y los dejara en estado líquido», por lo que se pidió explicaciones a la empresa y que no se siguiera entregando fangos sin secar a las fincas agrícolas, ni tampoco depositarlos en la planta de transferencia de residuos.
Según pudo saber ayer PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA, en una consulta a Abaqua, «después de analizar con cuidado las posibles causas, hemos encontrado que hay una proliferación anormal de bacterias filamentosas en el fango, lo que ha impedido el secado óptimo de este material».
Como causas desde Abaqua sostienen que «esto puede deberse a un mal control del proceso por la gran cantidad de camiones procedentes de fosas sépticas que descargan cada día en la planta y por las altas temperaturas que hemos sufrido este verano».
Para corregir los problemas causados, desde la empresa se ha procedido a enterrar los fangos depositados sobre terrenos y a fumigar contra la proliferación de moscas.
Además, anunciaron que «de momento no se va a secar más fango hasta que no se consiga normalizar la composición bacteriana, algo que esperamos que suceda en un breve plazo».