Salvamento Marítimo rescató y trasladó ayer al puerto de Ibiza a los dos tripulantes de un velero que había estado a la deriva durante cinco días y que fue localizado 56 millas al sur de Formentera. Salvatore y Marco, de nacionalidad italiana, llevaban dos días sin comer pero llegaron en buenas condiciones y no solicitaron asistencia médica. Pasadas las siete de la tarde arribaron al puerto de Marina Botafoch en el velero Acuario, de bandera francesa y 12 metros de eslora, remolcados por la embarcación Salvamar Markab.
Según explicó Salvamento Marítimo en un comunicado, a las 5,39 horas de la pasada madrugada el buque mercante Martina C informó de que a unos 100 metros de su posición había un velero que estaba emitiendo señales SOS mediante una linterna. En ese momento no podían aportar más datos, como el número de tripulantes o en qué condiciones se hallaba el velero.
De inmediato desde el Centro de Coordinación de Salvamento Marítimo en Palma se movilizó el helicóptero Helimer 207, el avión Sasemar 101 y la citada embarcación.
Una vez que el Helimer llegó a la posición de la emergencia, el rescatador descendió al velero para evaluar la situación y pudo comprobar que sus dos tripulantes se encontraban en buenas condiciones físicas, a pesar de haber permanecido a la deriva durante cinco jornadas; y solicitaban ser remolcados a puerto. Asimismo les facilitó un equipo de radio, puesto que ellos carecían de éste.
El velero tenía el motor averiado y había quedado desmantelado tras el temporal que ha azotado el Mediterráneo Occidental en los últimos días.
El avión Sasemar 101 permaneció en la zona apoyando la operación en todo momento, hasta la llegada de la embarcación de la Salvamar Markab, hacia las 10 de la mañana. Tras nueve horas de travesía ambas embarcaciones llegaron a puerto.
El velero había salido de Sicilia días atrás con dirección a Cartagena. Ya en aguas italianas consiguieron escapar de una fuerte tormenta, pero después de superar la isla de Tabarca, en Alicante, se toparon con el temporal que ha azotado el Mediterráneo a principios de semana, quedando a la deriva ante la imposibilidad de navegar a vela y tras sufrir problemas de sobrecalentamiento del motor.
Primeras reacciones
Según explicó Salvatore, el mayor de los dos tripulantes, encontraron una fuerte tormenta «a unas 200 millas de llegar a Cartagena y valoramos venir aquí [a Ibiza], pero al acercarnos a Formentera el mal tiempo y la noche nos fue alejando». «Por la mañana –prosiguió tras pisar al fin tierra firme– nos encontramos a 20 millas más al sur. Seguíamos bajo la tormenta, se nos rompió una vela, llegó pronto la noche y al día siguiente estábamos otras 20 millas más al sur», explicó el navegante siciliano.
Entonces se les acabó el gasóleo. También las provisiones. Por si fuera poco, el velero había quedado atravesado frente al mar por lo que se movía como una veleta, quedando muy deteriorado. «Continuamos con una vela pero ya no podíamos acercarnos a ningún lado y estuvimos cuatro o cinco días a la deriva, a unas 70 millas de Formentera», explicó.
Salvatore aseguró que sufre de diabetes y que llevaba dos días sin ingerir alimentos, sólo agua. Aún así, no tenía miedo de morir. «La corriente poco a poco nos llevaría a África, así que paciencia. El barco es seguro, el comer era lo peor. No pensábamos encontrarnos con cinco días de tormenta. Quiero comer», exclamó tras el feliz rescate.