El pasado domingo un equipo del centro de submarinismo Vellmarí de Formentera, capitaneado por el biólogo marino Manu San Félix, rescató una tortuga herida en es Freus. Según relató San Félix, fue una embarcación de excursiones que cubre el trayecto de Ibiza a Formentera, de la compañía Ulises Cat, la que avistó al reptil marino y dio la voz de alarma.
Afortunadamente, al llegar el equipo encontró el animal vivo, pero enredado, con un anzuelo enganchado y plásticos alrededor. «Ha sido mucha suerte, casi un milagro», declaró el biólogo marino, teniendo en cuenta los riesgos de la zona para el animal, como las propias corrientes marinas o el intenso tráfico de embarcaciones.
Desde entonces la tortuga ha estado vigilada en el centro de submarinismo de la Savina y también ha recibido atención veterinaria. También se involucró en el diagnóstico de su estado el Centro de Recuperación de Especies Palma Aquàrium. Al parecer, la vida de la tortuga no corre peligro, pero el ejemplar sí requerirá de atención sanitaria antes de poder volver a ser libre.
Manu San Félix aprovechó la ocasión para concienciar a la sociedad de la problemática que afecta diariamente nuestros mares. «Pocas veces se presenta el animal así vivo», lamentó. Por esta razón, animó a «enfrentarnos a esta lucha por seguir disfrutando de mares y océanos, y utilizarlos, pero no masacrarlos».
El 80 % de los ejemplares de esta especie de tortuga, tal y como explicó San Félix, «han nacido al otro lado del Atlántico, en las costas de Florida y han viajado hasta aquí con la corriente del golfo miles de quilómetros». «Entran en el Mediterráneo para alimentarse de plancton gelatinoso o de medusas y lo que se encuentran es un mar de plásticos y anzuelos», relató.