La Comunidad de Regantes de Formentera ha recomendado a sus socios que no utilicen el agua de la balsa para regar sus huertos. El último análisis realizado, hace una semana, reflejó que el nivel de conductividad del agua, es decir, de salinidad, era de 4 deciSiemens por metro (dS/m), cuando el nivel máximo para poder utilizar el agua para el riego es de 3 dS/m y el óptimo sería de 1,5 dS/m. El motivo de esta alta salinidad es que la depuradora «está saturada» y el agua que llega a la balsa de riego no está en óptimas condiciones. Antonia Blanes, técnica de la Comunidad de Regantes de Formentera, explicó ayer que desde principios de esta semana la empresa responsable de la balsa, Tragsa, está llevando a cabo una serie de actuaciones «para mirar de arreglarlo». Blanes señaló que están a la espera de saber los resultados de nuevos análisis.
A pesar de que el consejo de la Comunidad de Regantes de Formentera a los agricultores es el de no utilizar el agua de la balsa para regar, «si a alguien no le queda más remedio que regar le hemos dicho que haga riegos más largos para favorecer el lavado de sales en el exterior del bulbo húmedo».
Nuevas medidas
Antonia Blanes adelantó que, tras este episodio, aprovecharán el invierno para acumular la mayor cantidad de agua posible en la balsa para que cuando llegue el verano y la depuradora no dé abasto se pueda seguir regando con el excedente acumulado en temporada baja.
En esta época de lluvias escasas, los agricultores aprovechan el agua de la balsa para regar árboles frutales como higueras y olivo además de pequeños huertos de hortalizas y frutas de temporada, así como forraje como la alfalfa.
La red de regadío que se alimenta de agua de la balsa está formada por alrededor de 80 bocas de agua de riego distribuidas por zonas agrícolas de Sant Francesc, es Cap, es Caló, Porto Saler y es Pujols, mientras que la Comunidad de Regantes de Formentera tiene 52 socios dados de alta que tienen derecho a 9 horas de riego a la semana repartidas entre tres días (3 horas diarias).