Tras la voz de alerta de la Comunidad de Regantes de Formentera por la excesiva salinidad del agua de la balsa de riego, fuentes de la conselleria de Agricultura del Govern balear informaron ayer que se ejecutará una «inversión inmediata» que permitirá el uso de 150 m³ al día de agua apta para el riego de forma provisional. Eso sí, de momento no indicaron la cantidad que se destinará para este cometido. Desde Agricultura también trasladaron su preocupación por el asunto y aseguraron que hay técnicos investigando in situ esta cuestión. Además, según las mismas fuentes, esta misma mañana operarios de Tragsa, la empresa responsable de la balsa, realizarán una primera valoración in situ.
Desde un primer momento, alrededor del 11 de julio, la Comunidad de Regantes de Formentera puso en conocimiento del Govern y también del Consell de Formentera, «como la administración más cercana» aunque no responsable, la problemática. Sin embargo, no fue hasta la semana pasada cuando se comunicó «formalmente y por escrito, viendo que no había respuesta ni actuación que solventase el problema», según explicó el presidente de la organización, Joan Ferrer.
Por su parte, desde las áreas de Medi Ambient y Sector Primari del Consell de Formentera declararon ayer haberse puesto en contacto «desde que se recibieron las primeras quejas» con los responsables «para pedir que se subsanasen los problemas» y lamentaron que «esta infraestructura tan demandada esté en esta situación». También explicaron que la semana pasada se hicieron nuevos análisis del agua «para poder elaborar un informe con datos actualizados» que trasladarán a las conselleries de Medi Ambient y Agricultura del Govern.
En este sentido, según señalaron ayer desde la conselleria de Agricultura del Govern balear, próximamente –sin detallar fechas- habrá una reunión con el Consell Insular, Tragsa y la Comunidad de Regantes.
A peor
Según la Comunidad de Regantes de Formentera, la problemática parte del «deficiente funcionamiento de la depuradora de Formentera, cuyas instalaciones son incapaces de absorber el repunte de demanda en la temporada estival». Esto produce que, tras pasar por la planta de regeneración, «donde son tratadas por las instalaciones de ultrafiltración y osmosis para ser aptas para el riego», la calidad siga sin ser la adecuada.
Asimismo, la Comunidad de Regantes comunicó ayer que la situación «lejos de mejorar en los últimos días, persiste». Además, desde la entidad aseguraron que la calidad del agua recibida de la depuradora «es tan deficiente que se ha tenido que cortar la entrada de las mismas a la planta de regeneración» por parte de Tragsa. En esta situación, según los regantes, el agua disponible «es insuficiente para poder pasar el verano».
Su presidente explicó que el buen funcionamiento del sistema «durante unas semanas» y la «gran aceptación» por parte del sector animaron a los agricultores a poner en marcha muchos cultivos, «pero de repente nos hemos encontrado esto y posiblemente los cultivos tengan que echarse a perder».
Por esta razón, la comunidad mostró su preocupación por «la mala gestión de dichas instalaciones por parte de las autoridades del Govern balear, que no previó llenar la balsa de riego en temporada baja, cuando el agua tenía la calidad óptima para ser tratada». Del mismo modo, denunciaron la «falta de comunicación y transparencia» que, según los regantes, les impide «informar con antelación a sus comuneros de las averías y contratiempos».
Entre sus peticiones, la Comunidad de Regantes exige la existencia de un documento firmado por todas las partes implicadas «que determine los protocolos de actuación, que fije el control periódico de la calidad del agua y que prevea las responsabilidades de cada parte implicada en caso de siniestro».