La Cooperativa del Camp de Formentera inició ayer la recolección de hierba luisa en una de las parcelas cedidas al Consell Insular, cerca del Camí Vell de la Mola. Esta es la primera cosecha de la experiencia piloto que han llevado a cabo desde la cooperativa este año «para probar otro tipo de cultivos, ver cómo podían funcionar y buscar alternativas al cereal y el forraje», tal y como explicó su gerente, Carlos Marí.
El terreno donde se han cultivado estos ejemplares de hierba luisa mide aproximadamente una hectárea y es una de las pocas parcelas del fondo de tierras de la Cooperativa del Camp que cuenta con un hidrante de la balsa de riego, con lo cual reunía las cualidades necesarias para llevar a cabo esta prueba.
Sin embargo, los problemas con la alta salinidad del agua de la balsa de riego que han tenido lugar este verano «han afectado bastante en el cultivo», según Marí. De hecho, en la misma parcela donde sí ha crecido con éxito la hierba luisa también se cultivó en primavera tomillo y estaba previsto recolectar su flor. No obstante, la falta de agua ha provocado que no haya fructificado lo suficiente.
«La hierba luisa sí ha aguantado mejor esta temporada y nos ha permitido hacer una primera recolección. Lo que obtenga de esta irá a parar a los almacenes de Marí Mayans, donde la aprovecharán para hacer esencias y aceite», señaló Carlos Marí.
Una vez comprobado el relativo éxito de este primer ensayo, desde la Cooperativa del Camp tienen el objetivo de consolidar el proyecto y dotarlo de más recorrido. «La idea es poder llevar esta experiencia a otros campos, sobre todo en Can Marroig», afirmó el gerente. Este año, pero, ha sido imposible plantar en aquella zona por la falta de infraestructura de agua de riego y la escasez de precipitaciones.
Por fortuna la balsa de riego lleva semanas funcionando con relativa normalidad. La técnica de la Cooperativa del Camp y coordinadora de la Comunidad de Regantes de Formentera, Antonia Blanes, aseguró que las últimas semanas ha bajado mucho la salinidad y la conductividad ya es adecuada para su uso en los cultivos: «Hemos tenido 150 metros cúbicos de agua pura cada día, sin nada de sal, porque hicieron un cambio de membranas en la depuradora que ha permitido que el agua que había almacenada en la balsa bajase muchísimo su salinidad».
Además, la próxima semana, alrededor del 15 de octubre, está previsto vaciar la balsa de riego para limpiarla completamente y volver a llenarla a principios de noviembre. Blanes explicó que se ha dado el aviso a todos los regantes con hidrantes para que estos puedan aprovechar el agua y almacenarla, teniendo en cuenta que la balsa permanecerá sin dar servicio alrededor de un mes.
Como novedad, esta parcela de cultivos de la Cooperativa del Camp cuenta con unos sensores de monitorización que analizan cuál es el contenido de agua en el suelo y qué uso hacen las plantas de esta, con el fin de «garantizar que se está llevando a cabo un uso eficiente del agua», en palabras del gerente de la empresa SafSampling, David Tous. Tal y como explicó, «estas instalaciones se emplazan en la misma línea de cultivo, bajo el gotero, y de este modo los sensores van registrando los pulsos de riego y van monitorizando si el cultivo necesita más o menos agua y su conductividad en el suelo».
Actualmente Formentera no cuenta con muchas unidades, pero está previsto que a través de esta experiencia se instalen más en otros terrenos de la isla. Además, esta tecnología se complementa con una estación climática que permite establecer otros parámetros complementarios al riego artificial.