A finales del siglo XIX, la finca de Can Marroig de Formentera estaba en manos de unos propietarios mallorquines y tenía 400.000 metros cuadrados de viña para la elaboración de vino que se exportaba a Ibiza y Mallorca. Formentera fue el único territorio que se ‘escapó' de la plaga de la filoxera en el sur de Europa, lo que la puso claramente en ventaja. La finca reunía también otros recursos como piedra, bosque y ganadería.
En 1996 el Govern balear compró la finca, convirtiéndola en pública y se restauró la casa señorial, que actualmente alberga el Centro de Interpretación de la fauna y la flora del parque natural de ses Salines.
Durante años el Govern no supo muy bien qué hacer con los terrenos que se habían dedicado al cultivo y éstos se iban convirtiendo en bosque rápidamente hasta que acabó por ceder las tierras al Consell de Formentera y éste, a su vez, a la Cooperativa del Campo de Formentera, en el marco de Plan de cesión de tierras.
Desde hace cinco años la Cooperativa del Campo ha trabajado en la recuperación de cinco hectáreas de Can Marroig para su cultivo. El primer intento fue la plantación de trigo autóctono xeixa que la inmensa cantidad de conejos que habitan en el parque natural se encargaron de devorar pantagruélicamente.
Un segundo intento con las hierbas aromáticas tampoco fue fructífero y finalmente se ha acabado apostando por un producto tan resistente y arraigado a la tierra y a la cultura de la isla como la higuera.
Las 675 higueras perfectamente alineadas nada tendrán que ver con las estalonadas que estamos acostumbrados a ver en Formentera. El objetivo es obtener la máxima productividad, tal y como explica Carlos Marí, el gerente de la Cooperativa del Campo: «Calculamos que cuando la plantación esté a pleno rendimiento podremos cosechar ocho toneladas de higos al año con los que cubrir las necesidades de higo fresco del mercado de Formentera y elaborar higos secos y las tradicionales xereques, tan apreciadas».
Marí explica que «se han plantado 12 variedades diferentes», para poder tener una producción escalonada durante toda la temporada, empezando en junio con la figa flor y hasta noviembre o diciembre con la oriola.
El Consell ha cedido una cuba con la que poder regar durante los primeros meses hasta que se acabe de instalar un sistema de riego que garantice el buen desarrollo de los árboles.
La presidenta del Consell, Ana Juan, se mostraba ayer satisfecha de esta recuperación de la actividad agrícola «que permitirá disponer de producto de kilómetro cero en nuestro mercado de proximidad».
Por su parte el conseller balear de Medio Ambiente, Miquel Mir, celebraba también «la recuperación de usos tradicionales de una finca pública tan emblemática», además de señalar otro de los objetivos de esta recuperación de tierras «la gestión forestal necesita de estos grandes espacios que generan discontinuidad en el bosque, lo cual forma parte de nuestra estrategia en la prevención de incendios forestales».
4.000 árboles en total
El Fondo de Garantía Agraria y Pesquera de les Illes Balears (FOGAIBA), que depende del Govern Balear, ha concedido una subvención de 9.900 euros a esta plantación. Este proyecto de plantación de higueras se incluye dentro de un plan colectivo de replantación que promueve la cooperativa, en colaboración con una decena de socios y que supone la plantación de alrededor de 4.000 árboles, especialmente olivos e higueras, que se está llevando a cabo, aprovechando una convocatoria de ayudas para la replantación del FOGAIBA.