Una encuesta de la patronal de la pequeña y mediana empresa de Formentera (Pimef) revela que los empresarios reconocen que no se ofrece una buena relación calidad-precio a quienes visitan la isla para pasar sus vacaciones. En este sentido, en el mundo de la náutica todo el sector cree que los precios son caros. En el caso del comercio, el 66,67% de los empresarios encuestados considera que no se está ofreciendo una buena relación calidad-precio a los turistas que pasan sus vacaciones en la isla frente al 6,67% que considera que sí y el 26,67% que contestó que depende. Los empresarios destacaron en este sondeo que sobre todo en julio y agosto «la masificación provoca peor atención al cliente», al tiempo que señalaron que muchos sitios, «tanto bares como restaurantes como comercios ponen precios exagerados en relación a la oferta». Además, hay quien considera que «la restauración ha subido demasiado los precios». En cuanto a los hoteleros, el 39% consideró que la relación calidad-precio no es la adecuada. Cabe destacar que un 83,3% de los encuestados del sector de la restauración, bares y ocio nocturno contestaron que no se ofrece una buena relación calidad-precio debido a que tuvieron dificultades para encontrar «trabajadores capacitados para diferentes tareas», así como que los lugares más concurridos «aprovecharon para subir los precios por encima de la media». Este sector reivindica su importancia y destacó que han recibido comentarios de sus clientes de que, por ejemplo, «después de la playa no tienen distracción ya que cortan la música en todos los lados», al mismo tiempo que han recibido comentarios de la franja de entre 20 y 40 años «diciendo que no volverían» y que «no hay sitios donde tomar algo después de cenar».
Entre los problemas que detectó Pimef que hay que solucionar en Formentera destacan el sistema de zona azul, así como el mal estado de carreteras y caminos más transitados, la falta de limpieza en las playas y la retirada de posidonia muerta de la arena en plena temporada alta, la «preocupante escasez de vivienda tanto para residentes como para trabajadores de temporada» y la venta ambulante en playas, muy presente en toda la isla.