A estas alturas de la crisis institucional que vive el Consell de Formentera ya todo vale con tal de arremeter contra el adversario. La institución ha vivido este miércoles una de las sesiones plenarias más duras y esperpénticas desde que su aún presidente, Llorenç Córdoba, abriera la caja de los truenos con su críptico mensaje de finales de noviembre de 2023 amagando con retirar su apoyo a Marga Prohens. Ha sido también Córdoba el que este miércoles ha cruzado una obvia línea roja al utilizar la tragedia de la muerte de una bebé de dos meses por un desprendimiento de rocas la semana pasada en la playa de es Cupinar como arma contra sus excompañeros de Sa Unió. Córdoba ha empleado este desgraciado suceso a modo de explicación de por qué no acude a eventos públicos y, acto seguido, se ha escudado en su supuesto trabajo con los inmigrantes «ilegales» para demostrar lo mucho que trabaja. Solo el conseller Artal Mayans, ejerciendo en ese momento de presidente, le ha exigido que no utilice determinados temas para hacer aún más daño.
Inmoralidad
«Yo estoy mirando las piedras que han caído sobre la bebé de dos meses», ha dicho Córdoba visiblemente irritado cuando el exconseller de Deportes, Hugo Martínez, le ha recriminado no asistir a eventos deportivos organizados por el Consell. Segundos después ha añadido que, además, tiene que dedicar tiempo a ver dónde alojar a los menores no acompañados que llegan a las costas de Formentera en patera porque «no hay donde ponerlos».
Si algo ha quedado claro en este pleno ha sido que el Consell está a dos pasos de ser declarado ingobernable. Forzado por Sa Unió, GxF y el PSOE, Córdoba ha visto cómo se aprobaba, con su abstención, el que se someta a una cuestión de confianza. Es decir, que comparezca ante el Pleno, dé explicaciones y sean los consellers los que digan si confían o no en él. De no confiar, la dimisión debería ser automática. Pero la cuestión de confianza tiene una trampa y es que es el propio Córdoba el que, como presidente, decide si convoca o no ese pleno.
Nada de cuestión de confianza
Córdoba ha dejado entrever que no tiene intención de someterse a este acto previsto por la Ley de Consells dado que tanto Sa Unió como los dos partidos de la oposición llevan ya varias sesiones plenarias sometiéndole a duros e inacabables interrogatorios de los que se desprende básicamente que no va a dimitir y que hará todo lo que esté en su mano para mantenerse en la presidencia de la institución insular, aunque esta esté ya prácticamente paralizada.
El presidente tiene claro que él no es responsable de esta situación. Así, ha culpado en numerosas ocasiones a Sa Unió de lo sucedido y, por si no fuera poco, se ha mofado de GxF y su pretensión de presentar una moción de censura contra él. Y es que a Córdoba todo le vale para remar a su favor. Tanto es así que no ha dudado en burlarse de los insularistas y sus negociaciones «fracasadas» con Compromís. En su habitual línea victimista, Cordoba, incluso, se ha equiparado con GxF al haber sufrido, según su particular visión de los hechos, las consecuencias del comportamiento de Compromís, que ha negociado tanto con él como con GxF para después levantarse de la mesa sin llegar a ningún acuerdo.
Sa Unió, por su parte, ha sido especialmente crítica con Llorenç Córdoba en este pleno. La andanada ha comenzado con José Alcaraz cuestionando a Córdoba por la paralización de s'Estany des Peix, a pesar de haber contratado como director insular de Litoral a Asier Fernández. Un cargo de confianza que, ha dicho Alcaraz, está a las órdenes de Córdoba para ocuparse de «cosas que no tienen que ver con Litoral». Unas palabras que no han gustado a Córdoba, que ha llegado a decir que Fernández le «pega cuatro patadas» al portavoz de Sa Unió en lo que a conocimientos del litoral se refiere.
Alcaraz y Córdoba se han enfrentado también a cuenta de lo que el primero ha llamado la «Gestapo mediática» del presidente, dos medios de comunicación a los que ha acusado de arremeter contra Sa Unió bajo las órdenes del Consell. Córdoba, por su parte, ha evitado el tema y se ha limitado a explicar que si aún no está convocada la comisión de seguimiento de s'Estany es porque el Govern no ha nombrado todavía a sus representantes en la misma.
Asier Fernández
La figura de Asier Fernández ha sido también cuestionada por la exvicepresidenta insular, Verónica Castelló, quien ha asegurado que en el decreto de su nombramiento no se concretan sus funciones. Castelló ha explicado que Fernández podría estar trabajando como «gerente» del Consell y ha recordado que esta figura no existe en el organigrama de la institución. «No se entiende el cargo ni para qué está», ha añadido. Córdoba, por su parte, ha alabado el trabajo del director insular de Litoral que participa en reuniones como la mantenida ante el TAMIB por la huelga de las basuras o en el último encuentro entre el Consell y la APB, celebrado días atrás. En el primer caso, según Córdoba, fue UGT quien pidió la presencia del director insular de Litoral, mientras que, en el caso de la APB, fue también este organismo el que lo convocó.
«Dimensión jurídica desconocida»
La situación de bloqueo en el Consell es tal que, por otro lado, ha sido necesaria la intervención del secretario de la institución, Ángel Custodio Navarro, para explicar cómo actuar cuando Llorenç Córdoba tiene que responder preguntas y el único conseller con responsabilidades de Gobierno, Artal Mayans, es el que realiza estos cuestionamientos. Hasta ahora y desde la dimisión del Gobierno de Sa Unió, ha sido Mayans el que ha sustituido a Córdoba como presidente en los plenos cuando este tenía que responder preguntas. Pero este miércoles Mayans ha querido plantear sus propios interrogantes provocando una situación que el secretario ha definido como «una dimensión jurídica desconocida». Navarro ha tomado la decisión de que sea el conseller de más edad, Marí Mayans, el que asuma la presidencia en esos momentos pero también ha dejado claro que no estaba totalmente convencido de que esto pudiera ser así. «Lo que pasa aquí ya es espectral», ha lamentado el secretario. En otro momento de la sesión, Navarro ha explicado también que remitirá al Consell Consultiu un informe de la situación así como varias posibles soluciones para que sea este ente el que indique qué alternativas hay ahora mismo. Todo con el fin de que Llorenç Córdoba pueda mantenerse como presidente.
No quiere renunciar al sueldo
Otro momento intenso ha sido el protagonizado por Artal Mayans, cuando se ha preguntado si Córdoba podría dejar de cobrar su sueldo como presidente hasta que la situación no esté resuelta. Una posibilidad que el presidente, como era de esperar, no se plantea. Mayans, por otro lado, ha tenido otro momento valiente al dejar claro ante Córdoba que no se fía de él y que, si no dimite de sus cargos, es precisamente por esa falta de confianza. El conseller ha exigido a Córdoba que aclare sus acusaciones habituales contra Sa Unió, en relación a los supuestos «intereses ocultos» de la coalición y de algunos empresarios de la isla. «Todos queremos saber qué se mueve detrás», ha dicho Mayans, «usted dice que no puede solo, que el día que sea un problema se irá… Al final, el culpable es usted si no habla». Córdoba, como era de esperar, tampoco ha respondido a estas preguntas.
Artal Mayans también ha recriminado a la oposición su actitud porque, ha dicho, «no están obligados a apoyar una moción de censura pero sí está en su mano el permitir que se haga» cediendo un conseller a Sa Unió para poder presentarla. Sin embargo, ha lamentado, ni GxF ni PSOE han accedido a esta petición de la coalición, por lo que Mayans ha dejado claro que no se fía ni de ellos ni del presidente.