El Consell Insular de Formentera ha emitido un comunicado este domingo lamentando los hechos ocurridos el pasado miércoles en el recurso con el que cuenta en Cala Rajada para acoger a menores tutelados del Consell. «Ha habido disparos contra menores y hay que condenar estos hechos», ha asegurado el presidente de la institución, LLorenç Córdoba, resaltando que hay que esperar a que se esclarezcan los hechos y que se localice a los responsables. Córdoba ha querido agradecer a su vez a las fuerzas de seguridad y al Ayuntamiento de Cala Rajada el apoyo que ha brindado al Consell Insular y ha recordado que, desde que sucedieron estos hechos, los técnicos y las entidades colaboradoras del Consell han procedido a reubicar de manera inmediata a estos menores en otros lugares para protegerlos porque «es nuestra obligación».
«En estos momentos hay una investigación abierta por la Guardia Civil y hay que esperar a ver qué datos aporta», ha destacado. «Los recursos con los que cuenta el Consell Insular de Formentera tanto en Ibiza como en Mallorca para acoger a los menores tutelados están gestionados por diferentes fundaciones con las que colabora la institución», ha apuntado. Cabe recordar que el centro de menores llevaba abierto desde hace un par de años para acoger a menores sin familia que habían llegado en patera a Formentera. En este sentido, como en la Pitiusa menor no hay espacio para instalar a todos los menores que llegan en patera en los últimos tiempos, los tienen que distribuir en casas de otras islas. Tras lo sucedido, la Policía Judicial de la Guardia Civil de Manacor ha abierto una investigación para determinar la autoría de un ataque a un centro de menores inmigrantes de Cala Rajada. Varios desconocidos, que podría pertenecer a un clan gitano enfrentado con unos adolescentes argelinos, dispararon con una carabina de aire comprimido desde un coche en marcha, lo que obligó a evacuar las dependencias, que luego fueron clausuradas de forma provisional.
Según fuentes oficiales, el incidente se produjo el pasado miércoles por la tarde, sobre las 16.00 horas, cuando un coche de color gris, ocupados por varias personas, se acercó al centro de menores. A continuación, desde la ventanilla sacaron una escopeta, que resultó ser de perdigones, y dispararon de forma repetida contra la fachada y las ventanas. Al menos cuatro proyectiles de plomo impactaron contra la estructura, aunque afortunadamente no hubo que lamentar heridos.
Los investigadores creen que los delincuentes pudieron disparar entre doce y catorce veces. El vehículo dio varias vueltas al edificio antes de acelerar bruscamente y huir. La Policía Local y la Guardia Civil fueron alertados de lo ocurrido y las patrullas disponibles de desplazaron hasta el centro, mientras otras buscaban a los ocupantes del coche fugado. Todo indica que la carabina de aire comprimido que utilizaron era del calibre 5,5.
A consecuencia del tiroteo, el centro fue evacuado y los menores fueron repartidos en otras dependencias. La tensión racial en Cala Rajada entre clanes gitanos y argelinos no es nueva. Hace semanas que los primeros acusan a los segundos de una serie de robos y hurtos en la playa y en locales comerciales. Después, el intento de robo de un ciclomotor a un español, parte de un grupo de magrebíes, disparó la tensión en la zona, pero la rápida actuación de la Guardia Civil y la Policía Local evitó que el asunto fuera a mayores. El tiroteo podría ser la venganza por aquel incidente.