El apagón masivo que dejó sin luz a la Península Ibérica no afectó a las Islas Baleares, si bien, sus consecuencias resonaron en la pitiusa menor: durante algunas horas no hubo internet, los teléfonos dejaron de funcionar y los comercios no podían hacer uso del pago con tarjeta.
La electricidad siguió funcionando gracias a la conexión de Formentera con Ibiza, pero al caerse de manera masiva los servidores de telefonía, que se encuentran fuera de la isla, el servicio también se vio afectado para los usuarios formenterenses, que pudieron comunicarse y conectarse a internet con interrupciones durante algunos momentos del día.
Hoy la isla parece haber vuelto a la absoluta normalidad aunque algunos comercios siguen sin aceptar el pago mediante tarjetas y sólo aceptan dinero en efectivo.