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Transistores, Internet y nervios para adelantarse al futuro político

El seguimiento de la campaña electoral estuvo cargado de tensión

Las pantallas de las sedes electorales reflejaban los datos oficiales que ofrecía el Govern balear y el Ministerio del Interior. Foto: GERMÁN G. LAMA.

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Nunca un escrutinio había despertado tanta expectación. El del pasado domingo demostró cómo no se puede dar un puesto por ganado hasta que no se ha abierto la última papeleta. Para ejemplos, la alcaldía de Eivissa, que fue a parar a manos de Xico Tarrés por sólo 86 votos de diferencia y la de Sant Josep, que por cuatro papeletas "y ley d'Hondt mediante" no dio el Ayuntamiento a los progresistas. Además, en estas elecciones ha habido la posibilidad de seguir el escrutinio en tiempo real gracias a Internet, lo que añadió todavía más dramatismo al recuento.

La jornada electoral del domingo fue, además, un nuevo varapalo para la credibilidad de las encuestas. A las ocho de la noche, con el cierre de las urnas, se comenzaron a oír los primeros sondeos en las cadenas de televisión y radio. Casi ninguna acertó: la SER daba entre ocho y nueve diputados autonómicos al Pacte, además del de Formentera, que dejaba de ser decisivo; TV3 daba siete para el PP y el de Formentera para la izquierda.

La COPE fue la única que acertó, gracias a la encuesta que sus propios locutores realizaban a pie de urna: seis para el PP, seis más para el Pacte y el de Formentera para la COP.

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