Carmina Ordoñez ha sabido afrontar con entereza los avatares familiares y personales por los que ha atravesado en los últimos tiempos y que llegaron a marcarla profundamente.
La superación de la crisis en su relación con Ernesto Neira, que estuvo a punto de convertirse en separación formal, el difícil trance de la larga enfermedad de su hermana Belén, ya felizmente recuperada y, sin lugar a dudas, la llegada de su primer nieto, han colmado de felicidad al matrimonio y logrado que olviden los problemas de hace meses. Ahora disfrutan de unas vacaciones en la isla, de la que ya son habituales cada verano, en la embarcación de la familia Mora «Lady Moala» de Andorra. Muy amables y sonrientes, ambos parecen afrontar con felicidad el futuro nacimiento de la hija de Francisco Ribera y Maria Eugenia Martínez de Irujo que se espera para octubre.
Tras una jornada entera destinada a la navegación en compañía de sus amigos, se disponían a dar un paseo por el puerto de Marina Botafoch, aprovechando que el calor se atenuaba un poco a última hora de la tarde quizás a la búsqueda de algún detalle para la pequeña. Los dos se mostraron interesados por obtener un ejemplar de nuestra edición de hoy, y no tuvieron ningún problema por contestar a cualquiera de las preguntas que se le plantearon.