Cuando todavía resta un mes y medio para que finalice el año el Colegio de Arquitectos Técnicos y Aparejadores ya ha visado 954 obras, una cifra que supera todas las previsiones. Las nuevas construcciones están presupuestadas en 36.486 millones de pesetas.
Este dato pone en evidencia la buena salud del sector de la construcción ya que se han sobrepasado con creces las aparentemente insuperables cifras del año pasado, cuando se visaron un total de 889 edificios, con una inversión total de 24.964 millones. Aquella cifra, calificada de récord, ha sido rebasada en 65 proyectos, que serán más al finalizar 1999.
La progresión ascendente se corrobora comparando estos datos con los de los dos años anteriores. Así, en 1997 se realizaron 603 encargos, con 12.364 millones de presupuesto y en 1996 se visaron 511 encargos con 8.756 millones de inversión. El sector ha duplicado su actividad en estos cuatro años.
En cuanto al tipo de obras, la mayoría de las nuevas
construcciones son viviendas plurifamiliares, según han señalado
desde el Colegio de Aparejadores.
A pesar del incremento y de que todavía es pronto para hacer
previsiones, los aparejadores consideran que la tendencia no es al
alza. Esta predicción se puede comprobar comparando los visados que
han expedido en el segundo semestre de 1999 en relación al primero.
Así, en el período comprendido entre el 1 de enero de este año y el
30 de junio comprobaron 634 proyectos (con un presupuesto total de
25.836 millones), mientras que del 1 de julio al 31 de octubre
visaron 320 obras (presupuestadas en 11.650 millones de
pesetas).
El Colegio de Aparejadores descarta un aumento de
proyectos
El presidente del Colegio Oficial de Arquitectos Técnicos y
Aparejadores, Jaime Mauri, pronostica que estas espectaculares
cifras se estabilizarán en el 2000 y hasta es posible que sufran un
pequeño descenso, «pero nunca un aumento, porque no sería
sostenible».
El máximo responsable de este sector profesional está convencido de que el incremento de viviendas en construcción y la celeridad para rematarlas no se va a traducir en un descenso de la calidad y la seguridad de las edificaciones.