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Las consecuencias de un «cap de fibló»

El fuerte viento que sopló la semana pasada dejó árboles arrancados y paredes caídas

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El temporal de lluvia y viento que castigó Eivissa y Formentera la pasada semana dejó tras de sí casi más agua que toda la caída a lo largo del resto del año. Esta circunstancia se pudo apreciar especialmente en la isla de Formentera, donde, según los datos recogidos por este periódico, la lluvia fue muy abundante en toda la isla. A pesar de que las cifras oscilan en función de las zonas, en la Mola se sobrepasaron los 120 litros por metro cuadrado; esta cantidad se dispara hasta los 140 litros por metro cuadrado en otros lugares. En el resto de islas las cantidades se situaron alrededor de los 70 ó 80 litros por metro cuadrado, cifras considerables que, sin embargo, no mejoran la pluviometría de una año caracterizado por la pertinaz sequía.

Los mayores problemas los sufrieron los vecinos de la Mola, ya que a la lluvia que inundó algunos caminos, arrastró tierra piedras "dejando intransitables otros"; y desmoronó algunos tramos de pared seca, se unió la fuerza del viento.

Un cap de fibló dejó constancia de su paso al arrancar de cuajo una decena de pinos de grandes dimensiones en una finca de la Mola y llevarse algún que otro tejado de casetas de aperos. Algunos de los árboles de la zona, que aún pueden verse con sus raíces apuntando al cielo, taponaron un camino que permaneció varias horas cortado hasta que fueron taladas las ramas y se pudo reestablecer la circulación por el mismo.

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