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Setenta personas constituyen el equipo de voluntariado de Cáritas Diocesana

Los jóvenes se han convertido en uno de los participantes más activos, junto a las mujeres de edad avanzada

Carmen Prats, en el centro de la imagen, junto a alguno de los colaboradores de la institución.

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La labor del voluntariado, unas 70 personas en la actualidad, supone el pilar y el sustento básico de una organización como Cáritas Diocesana en Eivissa.

Un colectivo de ayuda que abarca bastante más que las funciones de simple solidaridad o de actitudes generosas. «Son la base de nuestro trabajo. Desde que nacimos a nivel nacional hace ya 52 años, después de la guerra civil, para ayudar a que el reparto de comida de racionamiento no se sometiera al mercado de la especulación, hasta ahora, cuando estamos presentes en 190 países, su presencia puede calificarse como imprescindible», resume la portavoz de la entidad, Carmen Prats.

De hecho, incluso la propia junta directiva local se encuentra, en su mayor parte, en esta situación. Unas condiciones que se complementan con la labor de cada una de las parroquias de la isla y del personal fijo, como el de las dos trabajadoras sociales, empleados de oficinas y talleres. Ello se debe a que la continuidad y la profesionalidad son también ejes reales y necesarios para alcanzar resultados óptimos en los casos en los que se actúa.

La cada vez mayor intervención de los jóvenes y su vinculación con la problemática social se reflejan en el número creciente de los que se han decidido a intervenir. Suponen, junto a las mujeres mayores, el sustrato principal y «una de las grandes satisfacciones de los miembros de Cáritas con su incorporación», afirma la representante.

El comedor social, el centro Betánia, la residencia Reina Sofía, el centro de menores Bisbe Huix o la Pastoral Penitenciaria son los ejes de actuación. Preparar comidas, pasar un rato con los enfermos o campañas de recogida de alimentos son las actividades que se desarrollan, según un programa ideado y diseñado por el equipo de coordinación, formado por cuatro componentes.

No obstante, además de aquellos que deciden, de una manera más o menos ininterrumpida, ayudar a la institución benéfica, existe un grupo de asesores y colaboradores puntuales formado por abogados, médicos y profesionales a los que se ha solicitado alguna vez su asistencia «y cuya respuesta anónima pero siempre positiva nos ha proporcionado grandes logros».

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