Juan Carlos Cabrera y Rainer Kilingner, presidente y vicepresidente, respectivamente, de la Associació de Centres de Buceig se reunieron ayer con el conseller de Turisme, Josep Marí Ribas, Agustinet, para manifestar su descontento «por la total falta de interés que ha habido hasta ahora con respecto a las zonas protegidas» y pedir soluciones a los problemas que padece el sector, entre los que destaca el intrusismo y la competencia desleal. El encuentro «fue positivo», según los representantes de este sector, que han constatado el interés del Consell en apoyar los centros de buceo.
La asociación pretende que se protejan doce nuevas zonas de Eivissa y Formentera con las que se atraería «a un turismo de más calidad que el actual», auguran. Entre las zonas a proteger han propuesto Tagomago, es Vedra y varios islotes «que son los menos afectados por la contaminación y el tránsito marítimo».
Crear una reserva en ses Salines «fue una estrategia política», según el presidente de la agrupación, que considera «evidente» que hay que crear otras zonas con «más calidad». El conseller de Turisme aseguró que van a estudiar esta propuesta «porque este tipo de turismo nos interesa». Agustinet cree importante frenar el intrusismo «para que los visitantes tengan las garantías de seguridad que sólo ofrecen los centros con licencia, regidos por titulados».