Los Reyes Magos llegaron ayer hasta los lugares más recónditos. Así, su misión de no dejar a ni un solo chaval sin juguetes les llevó por la mañana al Hospital de Can Misses. A las once, Sus Majestades "interpretadas por médicos, enfermos y cocineros" inició un recorrido por las plantas de Pediatría y Geriatría del centro sanitario, dejando algunos regalos, prensa y carbón dulce por todas las camas por las que pasaban.
Algunos de los regalos que dejaban a los niños los habían comprado los padres; otros, los adquirió el mismo centro sanitario, como explicó una de las enfermeras.
A las doce del mediodía, llegó a Can Misses otro personaje infantil: Ronald MacDonald, quien animó una fiesta organizada por el centro para los internos más jóvenes. Durante la celebración se sirvieron refrescos y un aperitivo para todos los asistentes.