Don Miguel Àngel, Juanito, su hermano, la novia... y un pueblo entero. Nombres y personas (hasta 36) de la localidad de Sant Agustí realizaron ayer una peregrinación a sa capelleta d'en Serra.
A las once de la mañana salieron de la localidad para emprender un arduo camino en el que los grupos no tardaban en disolverse y volver a formarse. En ellos, cada uno aportaba sus historias y conocimientos; los hombres se mostraban interesados por las vistas que se iban dejando atrás (Sant Josep, «tan diferente y alto», un poco después Sant Rafel «mucho más grande a esta altura»...) mientras las mujeres efectuaban altos en la travesía para recoger espárragos. Desde María -que a sus cinco años era el miembro más joven del combinado- al señor Joan con setenta y ocho, todos conservaban la ilusión intacta después de dos horas de interminable subida por la montaña. Un vez en la ermita y, tras el saludo a la virgen, la comida se desarrolló entre risas y vi pagés hasta que, cerca de las seis de la tarde, se decidió el regreso.
Se trata de un pequeño ritual que comenzó hace tres años y se desarrolla desde entonces cada Navidad con la planificación de un calendario de actividades y salidas hasta abril. El siguiente reto será es Puig de s'Avenc el próximo domingo.