Fernando Monge abrió ayer las puertas de su estudio y escuela de Fotografía en Vía Púnica para mostrar a ocho alumnos del Curso Básico de Fotografía los entresijos y secretos de una modalidad artística que crece y se afianza cada día.
«La base de este curso es hacer fotografía», comentó Monge, «por eso el ochenta por ciento es práctica y el veinte por ciento restante se lo dedicaremos a los conocimientos teóricos». En principio el seminario incluirá las explicaciones y nociones básicas de manejo de la cámara reflex manual, y se mostrará a los alumnos el sistema de revelado en el laboratorio de fotografías en blanco y negro «más económico y mucho más didáctico porque el alumno controla mucho más lo que hace», señaló el responsable del curso.
A lo largo de los dos meses y medio de duración de este taller, que se imparte los lunes y miércoles de 18:00 a 20:00 horas, los participantes en él además de las clases teóricas realizarán varias salidas en grupo para fotografiar exteriores de día y de noche, así como un par de sesiones de estudio con iluminación fija, poniendo en práctica el manejo y técnicas de ejecución fotográfica en blanco y negro. Será a partir del revelado de las primeras fotos cuando Monge vea las destrezas y habilidades de cada alumno y, «teniendo en cuenta las fotografías de cada uno les ayudaré en la parte técnica, composición o ideas, para compensar sus puntos fuertes con sus fallos».
La mayoría de los alumnos asistentes al curso son aficionados a la fotografía y desconocen el proceso de revelado y positivado de la imagen. Arturo, por ejemplo, espera con este seminario «además de conocer algo más de un mundo que siempre me ha atraído, aprender a hacer fotos bien». Lo que es seguro es que, después de las cuatro horas semanales dedicadas a realizar fotografías, los ocho pupilos de Fernando Monge sabrán mucho más de imagen y técnicas fotográficas, imprescindibles para ver con otros ojos lo que nos rodea. l E.E