Cambian las medidas, las sanciones, su importe y la sociedad que las sufre pero el problema de las basuras y desperdicios urbanos se mantiene perpetuo en la ciudad de Eivissa desde hace más de un siglo. En 1899, Ricardo Garrorana, alcalde en funciones del municipio, hacía público un bando en el que se apuntaban los horarios, castigos y normativa a respetar en este orden.
Algunos de los apartados contemplados en la medida, resultaban harto curiosas, tal es el caso de la disposición que prohibía «hacer aguas mayores o menores, aguas sucias o cualquier clase de excrementos o despojos en la vía pública». Junto a lo primitivo, también había lugar para regulaciones tan novedosas como el establecimiento de un horario para sacar las basuras, de 23.00 a 6.00 durante los meses de invierno y de 00.00 a 5.00 en la época estival. La pena para aquellos que se atrevieran a contravenir las órdenes, de cinco a 25 pesetas, una cantidad que difiere sustancialmente de las que se imponen en el año 2000 por parte del consistorio, desde 15.000 si se trata de no respetar el margen de tiempo impuesto para tirar los desperdicios en momentos no establecidos o domingos -día en el que no hay servicio de limpieza- hasta 25.000 pesetas para todo aquel que permita que su perro ensucie la calle, posibilidad que en la centuria pasada ni siquiera se contemplaba.
Las similitudes son tantas como planteamientos desesperados: el equipo de gobierno actual se ha venido planteando incluso la posibilidad de enviar a las calles policías vestidos de paisano, algo que quedaba aún bastante lejos de la mente de nuestros antepasados, quienes optaban por dar claridad a este sucio asunto con la instalación de un farol en los carros que trasladaban materiales fecales.
Quizás la coherencia y la modernidad venga de la mano de una de las directrices marcadas por el equipo de Xico Tarrés que ha dedicado una partida para la limpieza incrementada con respecto al anterior ejercicio en 46 millones de pesetas, con los que se financiará nuevo equipamiento y personal de la empresa concesionaria del servicio.