Si no se plantean soluciones, España seguirá los pasos de Austria». Así de rotundos se manifestaron ayer a los representantes del pueblo magrebí en Eivissa en relación a los acontecimientos que se han venido produciendo esta semana en el pueblo de El Ejido. Sucesos que tachan de «criminales, racistas y xenófobos» y que achacan a una cuestión con un trasfondo político: «Partimos de un gobierno que apenas aprobada la Ley de Extranjería ya ha prometido que en caso de ganar las próximas elecciones va a modificar el texto. Se están fomentando actitudes de rechazo y se utilizan pretextos para encubrir otras cuestiones» afirma Wadih Alfoual, presidente de la comunidad en la isla.
La solución pasaría, según este colectivo, por encontrar una verdadera vía de integración, tanto económica como cultural, que «no identifique diferencia con barreras, emigración y problemas», señala. «Hay que tratar de promover de forma paralela a la normalización y legalización de la situación de las personas, centros de formación y educación que posibiliten la igualdad de derechos y oportunidades» sentencia Mustapha Salhi.
Los incidentes de la localidad almeriense manifiestan múltiples carencias «que pueden extrapolarse al resto del país» y una especialmente preocupante denunciada en boca de Fátima Messaoud: «La justicia es para todos pero no asistimos a una realidad que lo demuestre», y continúa, «estamos en un país que se define en su Constitución como democrático y laico pero en ocasiones cuesta creer que verdaderamente sea así. Caben algunas contradicciones que hace que te sientas disminuida» y pone un ejemplo claro: «siendo residente al igual que cualquier comunitario, sin embargo, nosotros no disfrutamos de los descuentos en viajes, y todo por haber nacido en otro lugar», comenta. l Nieves Ibarrondo