Hasta 350 chavales de ocho y nueve años procedentes del municipio de Sant Josep participaron ayer en la I Diada Escolar de Jocs Alternatius organizada por cinco profesores de Educación Física de la localidad en colaboración con el Ayuntamiento. Las instalaciones del complejo deportivo de Can Misses se convirtieron así, entre las nueve de la mañana y la una, en un enorme circuito con diez pruebas a desarrollar en las que los pequeños demostraban «cada uno a su ritmo y sin necesidad de competición», según apuntaba Fran, uno de los creadores de la iniciativa, sus habilidades motrices. «Hay que estimular el desarrollo de los chavales sin imponerles una serie de criterios, viéndoles con sus capacidades y cualidades propias, y que ello no signifique establecer baremos ni diferencias sino precisamente lo contrario».
Junto a él han intervenido en el diseño Quique, Mariano, Jose y Tina, grupo de especialistas en la disciplina, que esperan que la propuesta continúe en ediciones sucesivas para otros núcleos y edades. De hecho, de cara al tercer trimestre se quiere extender hasta el tercer ciclo (lo que equivale a alumnos de diez y once años). La idea, al menos por una de las partes interesadas, los protagonistas, estaba más que clara. Francisca y Aida se hicieron portavoces de sus compañeros y con el mismo entusiasmo que habían mostrado mientras corrían, contaron el porqué de que se repita: «es más divertido que estar en clase y además te permite conocer a mucha gente».
Carreras de sacos, de caballos, salto de longitud, de puntería, voleibol o jabalina, eran algunas de las fases que debían superar para obtener un pequeño reconocimiento en forma de bebida y camiseta cedido por el Consistorio.
También se establecieron una serie de normas, básicas pero inflexibles, como la distribución de los grupos o la forma de ejecutar las bases, que se cumplieron a la perfección.