Hasta ahora, cualquier persona ciega o minusválido tenía graves problemas para algo tan sencillo como ir a comer a un restaurante. Desde ayer, ya se han acabado. Dos jóvenes ibicencos acaban de abrir en la calle Carlos III «Sa Llesca», el primer restaurante de Balears que tiene su carta de platos escrita en idioma braille. Además, se han adaptado las entradas y los cuartos de baño para que puedan acceder las personas que necesitan de silla de ruedas para desplazarse.
Los dos emprendedores, Vicente Ponce y Javier Villareal, explican que el coste económico de estas facilidades para minusválidos no es elevado. De hecho, la carta les salió gratis, gracias a una subvención de la ONCE. La decisión de crear este tipo de restaurante responde más a criterios solidarios que empresariales: «Desde pequeño he estado en contacto con personas con problemas, y quiero facilitarles un poco la vida», señala Ponce.