«Hay siempre un margen y tú tienes que situarte al borde de ese margen», dice Concha García Campoy cuando recuerda que los periodistas sucumben en muchas ocasiones a los intereses de las empresas para las que trabajan en vez de defender la parcela de libertad que todo medio de comunicación debe permitir a sus profesionales.
La situación a la que se refiere se produjo durante la batalla de las plataformas digitales, que enfrentó hace un par de años a Vía Digital (tras la que se encontraba Telefónica) y Canal Satélite Digital (de Prisa, propietaria de El País, la Cadena Ser o Canal+), y supuso «que muchos periodistas se achicharraran no por una idea sino por unos intereses mercenarios». «Luego, los jefes se ponen de acuerdo y el currito, el que ha hecho de la postura de su empresa una cuestión de principios, queda en evidencia», señala.
Su marido, Lorenzo Díaz, autor de varios libros sobre la historia de la radio en España, que acude a la cita en Ca n'Alfredo acompañándola, se apresura a apostillar: «El paisaje después de la batalla es patético». Concha García Campoy y su equipo, en el que, por supuesto, está su esposo, están a punto de concluir su contrato con Onda Cero, donde realizan «Hoy es domingo». Son partidarios de continuar, porque «la estabilidad es algo que da credibilidad» y ayuda a consolidar una forma de trabajar.
Están muy satisfechos con el hueco que se han hecho en el panorama radiofónico español, aunque reconocen que no es muy factible ganar oyentes: «Tenemos un problema gravísimo porque la audiencia de nuestra cadena es una audiencia de derechas y se reparte entre tres: la COPE, Radio Nacional de España y nosotros. Polanco [propietario de la Cadena Ser] tendrá siempre más oyentes porque toda la izquierda está con él», remarca Lorenzo Díaz.