El Govern balear, el Consell, el Ayuntamiento de Sant Antoni y los propietarios de las discotecas ubicadas en la carretera de Eivissa a Sant Antoni acordaron ayer poner en marcha «de forma inmediata» una serie de medidas encaminadas a mejorar la seguridad de esta vía y reducir el número de accidentes que se producen sobre todo durante los meses de verano. Entre las medidas acordadas se encuentran, además de la iluminación del tramo donde están situadas las discotecas, la mejora de los accesos así como la habilitación de zonas especiales para que los autobuses y los taxis que cubren el servicio de la zona puedan realizar la carga y descarga de pasajeros alejados de la propia vía.
A pesar de que los sectores implicados han acordado un nuevo encuentro para el próximo miércoles, el conseller d'Obres Públiques, Josep Antoni Ferrer, anunció que las primeras acciones preventivas se pondrán en marcha a partir del próximo mes de junio. «Es un tema que se debe abordar cuanto antes porque tiene repercusiones muy negativas para la isla», explicó Ferrer. Tras destacar la voluntad de colaboración surgida entre todas las administraciones y las empresas afectadas por este problema, que el pasado año causó la muerte de seis personas, el alcalde de Sant Antoni informó que el Consistorio vigilará el cumplimiento de las normativas municipales que regulan el horario de apertura y cierre de los locales así como el aforo de los mismos.