Un equipo compuesto por ocho personas, entre ellas un geólogo, un físico, un biólogo, el jefe de obra, Ricardo Sanz, y el arqueólogo que supervisa las prospecciones, Daniel Pérez, realizaron ayer un reconocimiento de la zona del dique a bordo de uno de los barcos de los prácticos del puerto de Eivissa. La embarcación efectuó un rastreo intensivo mediante sónar durante más de cinco horas en el área donde se asentará la construcción que proyecta la Autoritat Portuària.
Los responsables del estudio instalaron un completo equipo a bordo del barco para explorar el fondo y poder registrar los resultados al instante. Los miembros del equipo han contado con un perfilador, un aparato que penetra 5 o 6 metros en el terreno y que ofrece bastante resolución; un Geopulse que prospecciona hasta 60 metros de profundidad pero con peor calidad de información; un sistema de ubicación de la embarcación denominado GPS diferencial; una ecosonda y un ordenador que ofrece una imagen digitalizada del dique en forma de malla, con la que se puede seguir el recorrido real que tendrá la construcción.
Con las lecturas de la masa de arena el arqueólogo encargado de las prospecciones realizará un informe para presentarlo a la Autoritat Portuària en el plazo aproximado de un mes.