Cuando sopla una leve brisa, la mayoría de los barcos amarrados en los puertos deportivos no sale a navegar. Haya viento, llueve o truene, los pescadores tienen que partir para navegar; les va la vida en ello. Ayer por la tarde las condiciones climatológicas no eran las más favorables, pero las gentes del mar zarparon: se trataba de homenajear a su patrona, la Virgen del Carmen. A pesar de todo fueron muy pocas las embarcaciones que se atrevieron a acompañarla en la travesía, debido al fuerte oleaje.
Más de 1.000 personas se reunieron junto al dique del puerto de la ciudad de Eivissa para ver cómo la virgen subía al pesquero «Charpat II», acompañada de pescadores, religiosos y feligreses. Momentos antes, la banda del Patronat de Música había ofrecido un pequeño concierto para todos los asistentes. La imagen de la Virgen navegó por todo el puerto y salió, incluso, más allá del dique de abrigo, a pesar de que el mar estaba de lo más movido. Tras una travesía de pocos minutos, el «Charpat II» llegó de nuevo al muelle.
Los actos en homenaje a la patrona de las gentes del mar comenzaron por la mañana, a las doce, con la inauguración de una exposición en la Casa del Mar. A las dos y media se ofreció una comida de hermandad a todos los miembros de la Asociación de Jubilados. Ya por la tarde, a las siete, se repitió el habitual homenaje a todas las personas que han muerto en el mar. Ya bien entrada la noche, la Asociación de Vecinos de sa Marina se sumó a la fiesta ofreciendo una copa de vino español en el bar Blues. La jornada acabó con música, puesto que estaba previsto que se celebrara a partir de las diez y media de la noche un concierto habaneras.