En dos ruedas de prensa convocadas de urgencia, los dirigentes de Els Verds y la propia consellera de Medi Ambient del Govern, Margalida Rosselló, puntualizaron ayer que no tienen intención de dejar de apoyar al Ejecutivo autonómico o de dejar de formar parte de él. A pesar de reconocer que existen «sensibilidades diferentes» dentro del partido, los ecologistas defendieron que están unidos y achacaron la polémica que se ha creado esta semana en el Parlament -a raíz de la advertencia de que no se votará el proyecto de ley de la ecotasa tal y como está redactado- a que no se haya sabido dar una «explicación clara» de la situación.
Rosselló habló de una «interpretación inadecuada» de lo dicho por Els Verds y afirmó que las siete enmiendas presentadas por su partido al proyecto de ley tienen un objetivo «positivo y constructivo» para mejorar el actual texto y «nunca» el propósito de «desestabilizar» al Govern «ni de crear confusión».
Por su parte, el conseller y diputado autonómico de Els Verds de Eivissa, Joan Buades, consideró que estas palabras de Rosselló en ningún caso suponían una desautorización a sus críticas a la ecotasa. Buades considera que Rosselló está aguantando mucha presión y que, por tanto, es normal que haya hecho algunas matizaciones. Además, explicó que existe «una inquietud general por la diferencia que se está dando entre lo que se firmó y lo que el Govern está realmente haciendo» y negó que exista una crisis interna dentro de Els Verds.
Buades afirma no entender por qué el presidente del Govern, Francesc Antich, se ha tomado tan mal las críticas. «Antich reacciona diferente cuando la que discrepa es Maria Antònia Munar», añadió el conseller, que se preguntó si es que existen socios de primera y de segunda. «En los gobiernos plurales hay que cuidar a los socios», comentó el político ecologista, que asegura que ellos no son el único partido que se ha tenido que enterar de proyectos como el Plan Energético a través de la página web del Govern. «Un gobierno plural no es un cuartel general», apuntó.