El consenso y la unidad han marcado la celebración del IX congreso regional del PSIB-PSOE que ayer se clausuró en Palma. La presencia del secretario general del partido, José Luis Rodríguez Zapatero sirvió para apoyar el nuevo proyecto político encabezado por el actual presidente del Govern, Francesc Antich.
En su intervención, Rodríguez Zapatero aseguró que Antich representa el «cambio tranquilo» que pretende el partido y propuso la puesta en marcha de una política de «ideas y valores» alejada de las discusiones internas de partido que son «absurdas y estériles». Esa tranquilidad en el trabajo político, explicó Zapatero, se concreta en que «no vamos a dar caña» al Gobierno del PP de José María Aznar sino que «vamos a trabajar con lealtad, en los gobiernos autonómicos o municipales o en la oposición, por la sociedad con un nuevo estilo». Insistió en que lo que «da la credibilidad» es el ejemplo diario y, en este sentido, defendió que un socialista debe colaborar con las mujeres en el trabajo de casa, no es una «cuestión baladí ni menor, sino que es una cuestión de convicciones». Durante su intervención, que arrancó en varias ocasiones el encendido aplauso de congresistas e invitados, Zapatero se mostró convencido de que el PSOE «debe seguir la línea de los socialistas de Balears».
La jornada de clausura estuvo marcada por la presencia de un numeroso grupo de invitados representando a diferentes fuerzas progresistas entre los que destacaban Pascual Maragall, Eberhard Grosske (EU), Mateu Morro (PSM), el secretario de organización del PSOE, José Blanco, y los secretarios generales en Balears de los sindicatos UGT, Lorenzo Bravo, y de CC OO, José Benedicto.
Todos ellos destacaron en su intervención el «momento histórico» que se vive en Balears con el Govern del Pacte y realizaron una llamada a una política unitaria «desde la diversidad».