La decisión adoptada por la comisión de gobierno de Sant Josep de no firmar el convenio con la Conselleria d'Educació ha caído como «un jarro de agua fría» entre los colectivos implicados en la enseñanza. Después de cinco años de trámites para construir un instituto en Sant Agustí, surge un nuevo obstáculo que retrasará su construcción.
El presidente de la Federación de Padres y Madres de Alumnos de Eivissa, (FAPA), Antoni Pomar, realizó ayer una «valoración negativa» de esta decisión. Dadas las necesidades educativas, Pomar considera «que se tiene que implicar al ayuntamiento para que se llegue a un acuerdo». Añadió que «ha de intentar colaborar lo máximo posible con la Conselleria». Pese a que la construcción no es una competencia municipal, el portavoz de los padres insiste en el acuerdo, ya que «hay que mirar el beneficio de la población».
«Hay más un tema político de fondo», piensa Pomar. Esta opinión es compartida por la Federación de Enseñanza de CC OO, que considera que «es un hecho muy grave anteponer los intereses partidarios a los sociales». Pero, en el caso de Eivissa, «es una irresponsabilidad», dadas las carencias existentes. Añade que «los ayuntamientos no pueden ser ajenos a los requerimientos sociales hacia la institución escolar y a ella deberían dedicar sus esfuerzos».
El sindicato resalta que otras corporaciones municipales de Mallorca en similar situación «no han dudado en firmar dicho convenio, mientras que Sant Josep pone en peligro la construcción del instituto de secundaria».