Con las horas que dedicamos no podemos sacar de aquí chapistas ni mecánicos, pero el deseo es que el taller sirva para que salgan ayudantes a los que no se les tenga que enseñar cuando hagan prácticas cómo es una llave o un martillo». Así explica Mariano Castelló, mecánico profesional y profesor, la intención con la que ha nacido el taller de chapa y pintura que el Ayuntamiento de Sant Antoni de Portmany ha incluido en su programa de cursos de garantía social.
Los alumnos, que acuden seis horas al día de lunes a viernes, presentan un perfil común. Todos ellos tienen en común el fracaso escolar. Mario Riera, portavoz del Consistorio, matiza que «son jóvenes para los que la escuela es una pérdida de tiempo y por ello se convierten en conflictivos. Aquí se encuentran con la oportunidad de aprender un oficio que les puede servir en un futuro y cambian de actitud, la transforman en participativa».
El nivel del que han partido es el elemental. Dos niveles de formación, básica y específica, ayudan a los alumnos a asimilar los conceptos. Mario Riera imparte lecciones teóricas de lengua, matemáticas y ciencias naturales, mientras que Mariano Castelló lo hace de chapa y pintura. Desde colocar un tornillo hasta saber describir cada parte de la carrocería de un vehículo son los conocimientos que se les transmitirán a los jóvenes. Así será hasta el próximo 30 de abril. A partir del 1 de mayo se les facilita a todos un trabajo en régimen de prácticas en algún taller de la isla.
Aunque en un principio el curso iba a acoger a jóvenes desde los 16 hasta los 21 años, los asistentes no superan los 17. «Desde que entran hasta que salen cada día, los alumnos demuestran que tienen un interés real por conocer los entresijos de esta profesión. Saben que aquí pueden gestar sus opciones de insertarse en el mundo laboral y esto motiva una actitud de respeto mutuo y hacia los profesores», apunta Mario Riera.