Cómo hablar a una persona que desea suicidarse? ¿Qué hacer ante un accidente en el que se ha visto implicado algún allegado? Estas y otras preguntas fueron contestadas ayer en el congreso que acoge el Consell Insular d'Eivissa i Formentera bajo el nombre de «Intervenció psicològica en situacions de crisi». Los psicológos Margarita Seguí y Luis Conrado repasaron estos temas difíciles en dos sesiones, matutina y vespertina.
«Toda persona es susceptible de entrar en una crisis suicida». La psicóloga que abrió la jornada, Margarita Seguí, delimitó así las posibilidades de caer en una reacción tan radical como es acabar con la propia vida y ofreció un perfil del suicida: hombre, adulto y de raza blanca. Sin embargo, matizó que «a pesar de que se registran más casos bajo estos parámetros, las mujeres aventajan a los hombres en cuanto a intentos de suicidios se refiere». Otros aspectos, como los biológicos, los sociales, las habilidades para afrontar las exigencias de la vida y los culturales, pueden aumentar o disminuir el riesgo en determinados casos.
Ante un eventual choque con una persona con intención de quitarse la vida, Margarita Seguí recomendó propiciar un contacto con esa persona para ofrecerle razones que le retractaran en sus intenciones y generar así una ambivalencia que atenuara sus deseos.
Por su parte, Luis Conrado también tocó el tema de la muerte pero desde el punto de vista de la que se produce de manera inesperada: los accidentes. Éstos no sólo incluyen los de tráfico, también los domésticos o los que se producen en situaciones en los que es necesario desplegar un rescate. El psicólogo forma parte de un equipo de nueve personas que desde el 112 "servicio telefónico de emergencias" han elaborado un estudio al respecto.
Su ponencia repasó los aspectos que intervienen en el proceso desde que se produce el accidente hasta que la familia del que lo ha sufrido conoce la noticia. Para comunicar el hecho hay que saber elegir el lugar y las maneras. «No se puede generalizar, depende de la familia que lo sufra, de cómo se han enterado o de la información que disponen». Las reacciones siguen unas fases: incredulidad, asimilación, espera y agotamiento por la sensación de impotencia.