A pesar de que para ajustar el calendario el Consell Insular d'Eivissa i Formentera trasladó la celebración del patrón de los bomberos al día de Santa Rita, ayer fue su día, el de San Juan de Dios. Según cuenta la leyenda, los componentes de esta orden eran los que socorrían a los necesitados, por lo que se decidió identificar a este santo como el patrón de los bomberos. La jornada fue para los efectivos que estaban de guardia en el Parque Insular como una más, a la espera de recibir una llamada de alerta o socorro que requiriera de sus servicios. Y es que las desgracias y los desastres no entienden el idioma del santoral ni de los patrones de profesiones tan sufridas como esta.
El Consell creó el Cuerpo de Bomberos el 1 de mayo de 1980. Desde entonces ha sufrido una evolución notable. De los siete conductores, dos vehículos y una autoescalera que había hace 21 años, actualmente la plantilla la componen un sargento, cinco cabos, 22 bomberos conductores y un mecánico conductor. La última hornada en incorporarse lo hizo el pasado mes de agosto de 2000, tras nueve años sin registrar novedades en el seno del cuerpo. Cinco nuevos bomberos con nombre y apellidos: Demetrio Díaz, Jaime Tur, Ricardo Arteaga, Ramón Molio y José Antonio López. Este último confiesa que «fue llegar y besar el santo, ya que el primer día de trabajo viví las consecuencias de un accidente grave en las carreteras de la isla». Los nuevos componentes, sin embargo, no redujeron en exceso la edad media de los bomberos del parque, que se sitúa entre los 40 y los 45 años.
Pese a no tener tiempo para celebrarlo, los bomberos que estaban de guardia ayer sí que se concedieron unos instantes para recordar momentos que les han marcado. Juan José García aludió con pesar al percance que hace unos años sufrió con uno de los camiones del parque, que volcó en una curva de la carretera de Sant Joan cuando regresaba de retirar un árbol en Portinatx: «Era viernes 13, en una curva el camión no se agarró bien al firme y volcó. Me rompí la clavícula y me tuvieron que dar puntos en la mano, menos mal que la cosa no fue a más», señala el implicado. Por su parte Joan Roig, que recoge las llamadas de alerta, comenta que hace poco una señora no supo cortar el agua en su hogar aludiendo que no había llave de paso ni nada para hacerlo, lo que extrañó al bombero, quien pensó que de algún sitio debería salir el agua.