Los meses cálidos suelen ser los preferidos para la celebración de bodas. La primavera y, por extensión, el verano y las primeras semanas del otoño suelen estar en la agenda de todos los futuros contrayentes pero, en la práctica, en Eivissa y Formentera las circunstancias son muy diferentes. Probablemente por la influencia de la temporada turística, las bodas registran en las Pitiüses un importante descenso entre junio y septiembre.
Según el último informe sobre el movimiento natural de la población en Balears, que corresponde al año 1998, junio es el mes en el que menos enlaces tienen lugar, puesto que sólo se produjeron en Eivissa y Formentera 14 uniones matrimoniales. Nada que ver con la estadística del mes de noviembre, cuando tuvieron lugar 65 enlaces. El resto de los meses de temporada turística tampoco se registran cifras elevadas: en mayo hubo 28 bodas, 23 en julio, 17 en agosto y 26 en septiembre. A partir de octubre la estadística remonta, ya que se contabilizan hasta 43 enlaces, mientras que en diciembre se dan otros 52.
De los 416 matrimonios que se celebraron ese año 246 fueron católicos y 170 civiles o se realizaron bajo el rito de alguna religión distinta de la católica. Además, según esa estadística la mayorías de los contrayentes tenían edades comprendidas entre los 25 y los 29 años, seguidos por los que tenían en el momento de casarse entre 20 y 24 años. Otro de los datos que aparece en el informe del Institut Balear d'Estadística (IBAE) es el número de personas que contraía nupcias no por primera vez, es decir, de personas que previamente se habían divorciado. En total se casaron 40 mujeres divorciadas y 49 hombres, así como cinco viudas y otros siete viudos.
Por municipios, Eivissa es en las Pitiüses el que más bodas registra (178 de las 416 totales), seguido por Santa Eulària (101), Sant Antoni (71), Sant Josep (41) Formentera (14) y, finalmente, Sant Joan (11).