Cada vez parece más difícil que el instituto de Sant Agustí, en el municipio de Sant Josep, pueda llegar a construirse en los plazos previstos por la Conselleria d'Educació del Govern de les Illes Balears. Después de los desencuentros políticos que se iniciaron cuando el Ayuntamiento anunció que no firmaría el convenio para sufragar las obras, el departamento que dirige el conseller Damià Pons se enfrenta a nuevas dificultades. Las obras de construcción del instituto han tenido que ser declaradas desiertas por falta de empresas constructoras para llevarlas a cabo.
Según han informado a Ultima Hora Ibiza y Formentera fuentes de la Conselleria, la mesa de contratación se reunió anteayer para analizar las ofertas previstas, pero la apertura de plicas se saldó con una sola propuesta que, además, no cumplía los requisitos impuestos en el pliego de condiciones. Por este motivo, las obras fueron declaradas desiertas y en estos momentos la Conselleria se plantea la posibilidad de incrementar el presupuesto e iniciar un procedimiento negociador con las grandes compañías del sector de la construcción.
La mesa de contratación estaba formada tanto por miembros de la Conselleria balear como por representantes del Consell Insular d'Eivissa i Formentera, dado que es esta última institución la que tiene que aportar inicialmente los algo más de 751 millones de pesetas que costará el instituto y que serán luego devueltos por el Govern balear en un plazo de diez años. También estaba presente en el acto de la apertura de plicas el delegado de Educació en las Pitiüses, Antoni Marí.
La decisión del Consell Insular de aportar el dinero necesario para las obras fue anunciada por la presidenta Pilar Costa a finales del pasado mes de noviembre, después de que Sant Josep se negara a firmar el convenio de colaboración. Ya entonces las obras se retrasaron sobre los plazos previstos, aunque el pasado mes de enero la Conselleria anunció que podrían comenzar en aproximadamente mes y medio. En estos momentos se desconoce aún la demora que puede acumularse por este nuevo inconveniente, pero si las obras no se inician antes del verano podría peligrar la inauguración del centro. Govern y el Consell contaban con que éstas pudieran llevarse a cabo en el año 2002 para que en octubre pudieran comenzar las clases.